Tras el escándalo público que se desató con la noticia de que los diputados santacruceños se habían aumentado el sueldo hasta 4000 pesos más de lo que cobraban, los legisladores decidieron dar marcha atrás. Pero, aunque ese dinero no vaya a ser distribuido en sus sueldos, tampoco será descontando del presupuesto ya elaborado para el año que viene, ni se ahorrará.
En efecto, si bien el vicepresidente de la Legislatura provincial, Rubén Contreras, firmó una resolución donde anula expresamente la denominada “actualización” en tres ítems del salario de los legisladores, fuentes del Gobierno santacruceño aseguraron a Opi Santa Cruz que el dinero que iba a destinarse a los sueldos no será descontado del presupuesto actual ni ahorrado para el presupuesto del año próximo. Así, el dinero del presupuesto calculado para el aumento de sueldo de los diputados podría ser utilizado para cualquier otra cosa, pero gastado al fin y al cabo.
Tras conocerse la intención de los diputados de aumentarse el sueldo, que llevaba a que cobraran un sueldo mensual de 17 mil pesos, hubo gran repercusión nacional y hasta el Gobernador salió a decir que estaba en desacuerdo con la medida.
La noticia se conoció el 10 de octubre último, cuando la resolución que aprobaba el aumento de entre 2500 y 4000 pesos ya estaba firmada por el presidente del Cuerpo, el vicegobernador Martínez Crespo, y aceptada mediante acta por todos y cada uno de los diputados de la provincia.
Sin embargo la historia del dinero que no se paga a los diputados no termina allí, porque en realidad como esto suponía una “redistribución de las partidas del presupuesto asignado a la Legislatura”, lo que no se distribuya entre los diputados quedará disponible en la caja de la presidencia de la Cámara para el destino que la autoridad del Cuerpo decida darle.
Además, ninguna de las resoluciones que se firman dentro de la presidencia de la Legislatura provincial son públicas y, de acuerdo a lo manifestado por algunos diputados, ni siquiera ellos pueden tener acceso a sus textos. De esta manera, la Presidencia dispone a su antojo de todos y cada uno de los dineros que componen el presupuesto legislativo, paga publicidad, hace inversiones, destina partidas, decide pautas, sin que nadie pueda conocer montos y destino de los dineros que manejan las autoridades de la Legislatura. Todo sin el menor control.