¿En qué venís al trabajo? ¿Cómo está compuesta tu familia? ¿Qué horario cumplís? Son algunas de las preguntas que incluyen las encuestas a las que son sometidos empleados en distintos ministerios del gobierno nacional desde que asumió la administración de Cambiemos, según pudo reconstruir PERFIL.
“Lo del horario que cumplís es ridículo, lo dice tu contrato”, se indignó, en diálogo con este diario, uno de los trabajadores que tuvo que pasar por esta experiencia, a la que algunos consideran necesaria y otros catalogan como persecución política. La metodología es aplicada tanto para personal de planta permanente como para contratados, cuya estabilidad laboral es más frágil. En teoría, la idea de las autoridades es tomar conocimiento de la tarea que desarrolla el personal.
En una secretaría de Estado abrieron, por ejemplo, una oficina de recursos humanos “paralela”, integrada por personal del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y por personal contratado con el único objetivo de hacer las encuestas. “A un compañero nuestro le pidieron que abriera el Facebook delante de ellos”, contó uno de los empleados a PERFIL.
La duda que tienen todos los que fueron encuestados es qué hacen en el Gobierno con la información recopilada. ¿Pasa a formar parte de un estudio exhaustivo sobre cómo está compuesta la administración nacional? ¿Es información que se utilizará luego para realizar despidos? Fuentes gubernamentales explicaron que esas encuestas las gestiona cada ministerio.
En algunos casos, hubo denuncia de persecución política y en el Gobierno se dio marcha atrás. Es el caso del Ministerio de Seguridad. “Antes de que asumieran los secretarios y subsecretarios se hacían preguntas de filiación política y sindical. Las ordenaba (Carlos) Manfroni, pero luego se dio marcha atrás con su designación”, precisó Clarisa, delegada de ATE en el ministerio. Dijo que, en cambio, lo que sí hay son “entrevistas sobre desempeño, pero eso no es persecución política ni nada por el estilo”, indicó.
En Jefatura de Gabinete, por caso, se realizó una suerte de focus group. Se juntó al personal de a 12, aproximadamente, y fue evaluado por un grupo multidisciplinario. No hubo denuncias de persecución política, pero sí cierta inquietud respecto de las respuestas que tenían que dar en cada caso, por temor a alguna represalia. Es que, después de 12 años de una misma administración, ningún empleado está acostumbrado a un relevamiento sobre sus tareas y sobre su desempeño.
Para Daniel Catalano, de ATE Capital, en este contexto se despidió gente que iba a sus puestos de trabajo.