"El dólar está barato" se asegura en la calle. Es que a pesar de tener que desembolsar $ 4,34 por cada billete verde (y algunos más en el mercado negro), muchos especialistas coinciden en que en términos reales, las monedas argentina y estadounidense se encuentran en paridad cambiaria, tanto que algunos aseveran que a diez años del fin de la Ley de Convertibilidad, el “uno a uno” recuperó vigencia y con él retornó el “deme dos” de los argentinos que viajan al exterior en busca de artículos electrónicos que las trabas a las importaciones hicieron desaparecer de las vidrieras argentinas o de televisores de última generación que, debido a las protecciones aduaneras y la pérdida de competitividad del modelo, se consigen a precios de subasta en Santiago en relación con Mendoza o Buenos Aires.
Un ejemplo. Cuesta $ 400 menos comprar un smart TV de 40 pulgadas en Santiago de Chile que en Buenos Aires, luego de invertir, además de la compra, en pasaje en avión, hotel, comidas y los impuestos aduaneros para ingresarlo.