Los polémicos dichos del ministro de Economía, Amado Boudou, trajeron cola. La poco feliz comparación de dos periodistas (Candelaria de la Sota y Martín Kanenguiser, de Clarín y La Nación respectivamente) con los que "ayudaban a limpiar las cámaras de gas en el nazismo" consiguió llamados de atención de entidades de la comunidad judía y el periodismo; y pedidos de renuncia desde la oposición.
Desde el Centro Simon Wiesenthal, el director para América Latina Sergio Widder, invitó a que el funcionario aclare sus dichos en un seminario sobre el Holocausto que empezará el miércoles y "retractarse públicamente si efectivamente" comentó las declaraciones que reprodujeron los matutinos el sábado. Widder explicó a la Agencia Judía de Noticias que llama "la atención que un funcionario de primera línea de un gobierno que ha demostrado sensibilidad con el tema del Holocausto haya hecho semejante comentario".
Desde el arco opositor, hubo quienes reclamaron su renuncia. La diputada Elsa Quiroz, de la Coalición Cívica, indicó que "primero debería pedir perdón a los trabajadores de prensa que estaban haciendo su tarea y después renunciar". "El agravio es indignante y no se puede tolerar la conducta extralimitada, irresponsable e irracional del Ministro de Economía que recorre el mundo en representación de todos los argentinos", completó.
A su turno, el diputado del Peronismo Federal, Felipe Solá, calificó los dichos de Boudou como "un gravísimo error": "El kirchnerismo sigue poniéndose como juez del resto" y añadió que "el Gobierno sigue cometiendo graves errores, lo de Boudou es un gravísimo error, la crítica a Strassera también".
Desde el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), entidad que agrupa a casi 300 periodistas, destacó que "los dichos del ministro, agravados por el alto cargo que ocupa, constituyen un ataque inadmisible a la persona de estos dos colegas y banalizan una de las mayores atrocidades del siglo XX".
Al mismo tiempo, la entidad recordó que "el abuso de las comparaciones con el nazismo, el fascismo, el stalinismo y la última dictadura militar se ha percibido con lamentable frecuencia en el debate político argentino. Incluso periodistas y medios han caído en una utilización abusiva y espuria de dichas alusiones, en ocasiones dirigidas a colegas”.
Silencio Stampa. Siempre dispuesto a polemizar, el canciller Héctor Timerman se mantuvo al margen y se mostró hastiado por los llamados de Clarín para opinar al respecto: "Clarín cree que debo responder lo que ellos quieran preguntar y según sus tiempos. Altri tempi, ya no somos serviles” (sic), escribió en su Twitter.
"Clarín, yo no trabajo para ustedes y no tengo por qué responder cuando ustedes quieren. Mañana va a haber novedades", aclaró más tarde en el programa 678. "Clarín banaliza la vida porque todo le viene mal salvo su cuenta bancaria".
Después de los dichos, el titular del Palacio de Hacienda se reunirá hoy con el presidente de la DAIA, Aldo Donzis, para dar explicaciones sobre sus dichos. Después de conocerse el exabrupto, la comunidad judía ha solicitado ante el INADI un pedido público de disculpas. El encuentro, informaron desde la entidad, está previsto para las once de la mañana.