Las agresiones de Juan Cabandié de La Cámpora a Gustavo Marangoni, presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires y estrecho colaborador del candidato a presidente Daníel Scioli con motivo de una cena que mantuviera con referentes de la oposición desató un áspero cruce de opiniones. ¿Podemos sentarnos a conversar adversarios políticos?
Parece que a La Cámpora no nos deja. La reunión en la casa de José Ignacio de Mendiguren donde concurrió Gustavo Marangoni contó con la presencia de Patricia Bullrich, Marco Lavagna, Marcelo D'Alessandro y representantes de diversas multinacionales como Francisco do Pico (Coca Cola) y José Pappo, de Nike. También estuvo Laura Alonso del PRO, entre otros.
El dirigente del espacio camporista de Maximo Kirchner, Juan Cabandié utilizó su cuenta de Twitter para hacer una pregunta irónica: "Juntos para cerrar 'la grieta'. ¿Marangoni le preguntó a Bullrich sobre la grieta que provocó al sacar el 13% a los jubilados?".
Por su parte, Patricio Mussi, intendente de Berazategui, seguidor de La Cámpora agregó leña: "La cena de amigos es con amigos y ahí había enemigos del país, de la Patria y de la Presidente".
Ni la ignorancia los justifica a decir semejantes dislates políticos. Primero es suponer que por ser adversarios o como dice Mussi "enemigos" no debemos sentarnos en una misma mesa, para intentar acercar posiciones, buscar puntos de encuentro o escuchar críticas y propuestas. Por mi parte nunca me senté con Videla, pero si con Alfonsín. ¿No decía el General Perón que la política es el arte de la persuasión?
Y por otro lado,Cabandié y Mussi, cometen el error garrafal de acatar a un compañero en plena campaña electoral, como si no alcanzara con Lanata! Por mi parte he guardado en mi escritorio varias demandas y diferencias que tengo para mejor momento. Entiendo que primero está el interés general y luego las otras cuestiones.
Isaac Rabin, líder del Estado de Israel había comenzado una ronda de reuniones con Yaser Arafat, jefe de la Autoridad Palestina y fundamentalistas de su propio partido lo acusaron de "pactar con el enemigo". "Si -dijo Rabín- yo solo pacto y negocio con los enemigos. No haría esto con amigos".
Reunirse con dirigentes de otros partidos debería ser normal. Y será cotidiano en la Argentina que viene. Algunos compañeros no lo entienden pero ya lo comprenderán. La cultura democrática es una práctica y se va aprendiendo. El viejo verticalismo o actual estalisnimo de algunos se va desarmando.
Necesitamos que Gustavo Marangoni y muchos compañeros más, debatan y se junten cotidianamente con los adversarios políticos para convencer, acercar posiciones, encontrar puntos de encuentro y salidas a problemas nacionales, en la medida que ello sea posible. Que no digan que no lo intentamos.
(*) Integra la "Mesa Daneil Scioli Presidente" de la Ciudad de Buenos Aires. Ex Director del Cabildo Nacional, Fundador del INADI.
