Redactor de Sociedad en Diario Perfil. Mail: [email protected] TW: @corsalini
Tal como viene sucediendo en los últimos tiempos, y a pesar de las restricciones vigentes por la pandemia, ayer se vivió otro viernes de furia en la Ciudad Buenos Aires. Organizaciones sociales y partidos de izquierda desarrollaron una jornada de protestas en distintos puntos de la Capital Federal, en el marco de un plan de lucha en reclamo de “salarios dignos, trabajo, asistencia alimentaria y vacunas” para los integrantes de comedores comunitarios, entre otras demandas.
Sin embargo, las movilizaciones tuvieron un pico de tensión durante las primeras horas de ayer en el Puente Pueyrredón, en el que se registraron incidentes entre los manifestantes y la Prefectura Naval Argentina (PNA).
En este sentido, todo comenzó en las primeras horas de ayer, cuando cerca de mil manifestantes pretendían subir por una de las rampas de acceso al principal puente que comunica el sur bonaerense con la Ciudad. En ese momento, y a fin de evitar el avance de los manifestantes hacia la Capital Federal, el cuerpo de Infantería de la Prefectura desplegó a sus efectivos y les cortó el paso, metros antes de subir. En ese momento, y ante el reclamo de los manifestantes, se desataron una serie incidentes que incluyeron golpes de puños y empujones hacia los efectivos de seguridad, mientras que estos respondieron lanzando gases lacrimógenos hacia los grupos de trabajadores tercerizados de distintas empresas, que pretendían llegar al centro porteño.
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Pero todo cambió subrepticiamente. Minutos después de las 11, y tras un acuerdo con autoridades del Ministerio de Seguridad, encabezados por Gabriel Fuks, secretario de Articulación Federal de esa cartera, se liberó el paso de los manifestantes para avanzar por la avenida Montes de Oca, en Barracas, hacia la zona del Obelisco. “Fue una manera de tirarle el fardo a la Ciudad”, señalaron algunos analistas, tras conocerse la liberación del paso hacia la marcha social.
Tal como lo habían anunciado los organizadores de la protesta, los manifestantes se concentraron en la sede de los Ministerios de Trabajo y de Desarrollo Social, el Obelisco para luego marchar hacia la Plaza de Mayo. Entre los organizadores figuraban Barrios de Pie-Libres del Sur, Polo Obrero, Teresa Vive, el MST, MTR y FOL. Si bien el eje de la protesta tenía que ver con pedir un “aguinaldo” para los jefes de hogar beneficiarios de planes sociales, también pidieron la liberación de Sebastián Romero, el “Gordo Mortero”.
Además de las organizaciones sociales y partidos de izquierda, también participaron trabajadores despedidos de varias empresas tercerizadas, entre ellas EMA y ArgenCobra, de Edesur; ferroviarios de MCM, Líderes y Comahue; ferroviarios de la líneas Roca, Aerolíneas, Latam, Just y de Polymont.
