El ministro de Defensa, Arturo Puricelli, rompió hoy el silencio en torno al caso del avión argentino que quiso ingresar a Barcelona con 994 kilos de cocaína y manifestó sentir “bronca contenida” por el trato periodístico que ha recibido la Fuerza Aérea Argentina, debido al vínculo familiar que los detenidos en el caso tienen con la institución.
Los tres detenidos en España tienen un contacto familiar con la Fuerza Aérea. Los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá son hijos del ex jefe de la misma, el brigadier José Juliá, mientras que Matías Miret es hijo del ex brigadier José Miret. El nexo entre esos apellidos y la institución que reconstruyeron los medios de comunicación enojó al flamante ministro que hace poco más de un mes reeamplazó a Nilda Garré en la cartera.
Esta tarde, desde la base aérea ubicada en El Palomar, Puricelli aseguró sentir una “bronca contenida” porque se “desprestigia vilmente” a la institución. El gesto no fue menor, ya que el ministro K estuvo acompañado por el jefe del Estado Mayor Conjunto, Jorge Chevalier; el jefe de la Fuerza Aérea, Normando Constantino; el jefe del Ejército, Luis Pozzi; y el jefe de la Armada, Jorge Godoy.
“Habrán sentido, como yo, esta bronca contenida, porque no se puede desprestigiar vilmente a las instituciones", aseguró Puricelli, quien agregó que “no podemos hacernos cargo de la historia de cualquier persona”.
Más allanamiento. Mientras desde el Gobierno tratan de desligarse del episodio, la investigación por el avión cargado de droga avanza a paso firme. Tras la requisa en Ezeiza, el juez en lo penal económico, Alejandro Catania, ordenó hoy allanar la base aérea de Morón, donde la polémica aeronave estuvo dos meses estacionada.
El magistrado busca establecer que movimientos se realizaron en la base mientras la aeronave se encontró parada allí, para dilucidar si los 994 kilos de cocaína fueron cargados en el país o se subieron al avión en la escala que realizó en Cabo Verde, como sostiene el Gobierno K.
