POLITICA

Quién es la nueva novia de Mauricio Macri

Trabaja desde los 18 años en Awada, la empresa familiar. Su segundo marido es un millonario belga. Dónde vive y cuáles son sus gustos. Galería. Galería de fotos

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| CEDOC

Si se recorre el patrón estético de las mujeres que pasaron por la vida de Mauricio Macri no quedan dudas de que su target son las morochas de pelo largo y delgadas: Ivonne Bordeu, Marisa Mondino, Isabel Menditeguy –antes de hacerse fan del quirófano–, Malala Groba. Incluso su compañera de fórmula en la Ciudad, Gabriela Michetti también podría sumarse a ese grupo, aunque sólo sea para disfrute de aquellos que aún en el entorno PRO alentaron, en su momento, comentarios maliciosos para crear tensión entre ella y la ahora ex de Macri.

También, para felicidad del empresario político, todas ellas prefirieron sonreír para las fotos y cerrar la boca para los periodistas cuidando incluso de emitir comentarios en reuniones sociales mientras estuvieron en pareja y cuando dejaron de serlo. Ivonne, su primera esposa y madre de sus tres hijos –Agustina, Jimena y Francisco–, armó su nueva vida fuera del ojo público. Marisa Mondino conoció a Mauricio cuando a ella un comercial de cigarrillos la ubicó en el podio de las más deseadas y él era todavía más conocido por ser el “hijo mayor” de Franco macri. El romance no fue prolongado, pero ella jamás se refirió a él, ni bien ni mal. Y aunque no eran tiempos de descontrol mediático en busca de cinco minutos de fama, nunca habría dicho nada porque la ex modelo se educó en un ambiente donde el bajo perfil formaba parte de la buena educación.

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Igual escuela recibió Isabel Menditeguy, la relación más extensa después del divorcio de su primera esposa. Dueña de una sensualidad explosiva, cuando se unió a Mauricio se alejó definitivamente de su carrera de modelo publicitaria y creó alrededor de ella una barrera infranqueable que, a veces, la llevó a comportarse de manera adolescente cuando acompañaba a Macri a fiestas como las de COAS o Fundaleu o a lanzamientos de autos y escondía su cara con las manos para evitar los flashes incluso cuando iba al toilette. Con el tiempo y con el ingreso de Macri a la política, se volvió un poco más abierta. Sólo un poco: nunca dio una entrevista, pero al menos se esforzaba por dibujar una sonrisa de Mona Lisa para las fotos.

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