Todas coinciden en que la Cámara de Diputados es un lugar machista, que la Argentina es un país machista e incluso algunas opinaron que esta nota es machista. Perfil.com consultó a varias diputadas sobre su lucha diaria en defensa del género en el mundo de la política y la relación de la belleza con el poder.
No todas estuvieron de acuerdo en prestarse para la nota y hasta les pareció incómodo correrse de la político por un momento para referirse a la estética. Por ejemplo, Claudia Rucci, del Peronismo Federal, prefirió evitar el tema porque lo considera frívolo. Juliana di Tullio, del Frente Para la Victoria, se mostró incómoda: "No estoy acostumbra a estas notas", dijo.
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En tanto, su compañera de bloque María Laura Leguizamón es conocida por ser una victima de la moda: siempre encuentra cosas nuevas que no puede evitar comprar. Pero no respondió a los llamados de Perfil.com.
Otra legisladora del PRO que se roba la mirada de los diputados es Gladys González. Al igual que el resto, aboga por los derechos de la mujer y, aunque su género ha logrado penetrar cada vez más en un mundo dominado por los hombres, reconoce que todavía "las mesas de decisión política siguen ocupadas por ellos".
Aunque el poder aún está concentrado en manos masculinas, Pinky, del PRO, remarca que las mujeres tienen un rol más protagónico en la Cámara Baja: "Carrió tiene una presencia muy fuerte en el recinto", señala. Y cuando se le pregunta cómo mantiene su belleza, la decana de las diputadas admite que ya no se cuida tanto como antes.
Cinthia Hotton, diputada del bloque unipersonal Valores para mi País, es corredora de maratones. Le gusta salir a entrenar por los bosques de Palermo y todos los domingos hace 30 kilómetros de bicicleta fija. Considera que la Argentina es un país machista y que las mujeres tienen que disputarse un lugar por el poder. "Para nosotras (el poder) es una herramienta de trabajo; en cambio, a los hombres les gusta", dice.
Victoria Donda, de Libres del Sur, y Soledad Martínez, del PRO, tienen en común que están entre las diputadas más jóvenes, pero son muy diferentes entre sí. Victoria se produce, va al gimnasio y baila salsa; mientras que a Soledad tuvieron que pedirle que llevara zapatos, porque iba al recinto en zapatillas.
Mariel Calchaquí, del Frente para la Victoria, y Paula Bertol, del PRO, son más similares: ambas son mujeres atractivas que defienden a capa y espada su espacio en la política y, cuando pueden, hacen ejercicios y se cuidan en las comidas. A Calchaquí, incluso, le gusta esquiar.
Cada miércoles estas legisladoras bajan a las sesiones ordinarias y a los halagadores ya los tienen identificados. Todas reciben piropos y cinco de las ocho que hablaron con Perfil.com definieron a un diputado del justicialismo como un "galante piropeador".
