El titular de la aerolínea de bandera fue acusado por despilfarrar dinero para reparar uno de los aviones. Un funcionario debió renunciar.
El titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, quedó otra vez envuelto en el ojo de la tormenta. Hoy se conoció que Eduardo López, gerente técnico de la empresa, presentó la renuncia a su cargo un día después de que se denunciara a Recalde y tres gerentes, incluido López por "administración fraudulenta".
Los voceros de la compañía hablaron de "reestructuración" - es el tercer recambio en lo que va de la gestión - y explicaron que, si bien la renuncia había sido pedida en diciembre pasado, la salida del funcionario se demoró por falta de reemplazo. "La reestructuración fue decidida para llevar adelante un nuevo plan de inversión en el área de mantenimiento , que incluye la exportación de esos servicios", justificaron los voceros al diario Clarín.
La denuncia. Recalde tendrá que responder ante la Justicia por la presentación que hizo el abogado Ricardo Monners Sans, que lo acusó - junto a los otros tres funcionarios - de "administración fraudulenta, cohecho y violación de los deberes de funcionarios públicos" en una causa que se tramita en el juzgado federal Nº 10 a cargo de Julián Ercolini.
Monner Sans respaldó su denuncia con documentación aportada por un ex funcionario K en esa área, Ricardo Cirielli. Se investiga la contratación en forma directa a la empresa Tapme, de bandera brasilera, para reparar uno de los Airbus 340-300 con un costo de 650.000 dólares. Desde AA, sin embargo, se intentó justificar la medida bajo el argumento de que "los talleres de la propia compañía estaban saturados de trabajo y el Airbus hubiera tenido que quedar en tierra más de un mes antes de entrar a "recorrida" (service integral)", publicó Clarín.
En tan sólo siete meses de gestión, el hijo del reconocido abogado laborista, Héctor Recalde, tuvo que aclarar un viaje "vip" para ver la Selección en Uruguay y una escandalosa suma de dinero invertida para que pilotos argentinos se entrenaran en Nueva Zelanda. El cuestionamiento más reciente tuvo que ver con el pago de un pasaje al Caribe en apenas el 10 por ciento de su valor, a pesar de que el vuelo no era propio de la empresa estatal, sino que estaba subcontratado por una agencia de turismo.
