En el medio del corazón agrícola argentino ocurrió un hecho inédito que, increíblemente, poco tiene que ver con la 125 y el conflicto del 2008. En este distrito del oeste bonaerense, de 17 mil habitantes, ya en 2007 ganó Elisa Carrió también por ir en la boleta del intendente Buil.
Esta vez le tocó a Hermes Binner ir en esa boleta y romper la hegemonía absoluta en la provincia de Buenos Aires. Esa es la explicación de por qué no ganó Cristina Kirchner (36,67%) y sí ganó Hermes Binner (41,1%).
El dato es curioso porque, en lugar de empujar a los candidatos locales la boleta nacional, en Rivadavia la boleta local es la que define quién gana a nivel nacional y provincial. Así, Margarita Stolbizer también triunfó sobre Scioli por más de 10 puntos. El dueño de los votos es el intendente Sergio Buil, que lleva 12 años de gestión y ha logrado hacer una administración honesta y muy activa.
En este distrito, la calidad institucional está lograda y la relación entre lo público y lo privado funciona como en pocos lugares. Hoy Rivadavia es un ejemplo de cómo pueden convivir e interactuar de manera positiva los distintos actores de la sociedad: sector público, instituciones intermedias, empresas privadas y la comunidad.
En momentos de tanta crispación, Rivadavia puede ser el modelo a seguir para probar que las comunidades pueden crecer en el encuentro y no en el desencuentro. Una vez más Rivadavia
mostró sus particularidades y se pintó de distinto color que el resto de la provincia.
(*) Vecino de Rivadavia. Publicado en diario Libre.