La diputada nacional electa Sandra Mendoza llamó ayer "maricones" a los funcionarios que le impidieron ingresar a la Casa de Gobierno de Chaco, y aseguró que su esposo y mandatario, Jorge Capitanich, le "debe su carrera" política en el justicialismo porque era "radical". Incluso, aseguró estar dispuesta a "iniciar una huelga de hambre" que le puede costar la vida porque padece diabetes y advirtió: "Si quieren un muerto lo van a tener".
"La muerta acá va a ser la madre de los hijos de Capitanich", remarcó Mendoza ante la prensa en la puerta de Casa de Gobierno cuando un abogado y una escribana labraron actas sobre el episodio.
Ante la prohibición impuesta por su marido, la esposa de Capitanich radicó una "denuncia (por abuso de autoridad) porque no me dejaron ingresar a la Casa de Gobierno". Luego, se refirió a su separación: "No me consta para nada que mi marido haya iniciado los trámites de divorcio". "Es más, hoy estuve hablando naturalmente con él", dijo algo sorprendida por el anuncio que fue difundido oficialmente desde Resistencia.
Mendoza recordó además que "durante toda la campaña política nos quisieron divorciar, así que hasta que no me llegue la notificación descarto totalmente esta versión".
Por otra parte, recordó que su esposo y gobernador "viene de una familia radical de agricultores, su hermano Héctor Capitanich fue candidato a intendente de Ángel Rozas en 1995", "A mí me debe la carrera, porque si mi padre no hubiese hablado con Danilo Baroni para que sea su secretario privado, y después secretario general de la Gobernación, no habría llegado adonde llegó", resaltó.
Fuente: DyN