El candidato de Hacemos por Nuestro País, Juan Schiaretti, cerró su campaña este jueves con un acto en la ciudad de Córdoba. “Tenemos que hacer un país federal y soy el único candidato del interior productivo”, remató el Gringo. Mañana esperará los resultados desde el hotel Quórum en la capital cordobesa, que funcionará como búnker.
En el equipo de campaña de Schiaretti se muestran optimistas y creen que crecerán en votos respecto de las PASO, cuando cosecharon 900 mil. Los dos debates presidenciales permitieron al gobernador de Córdoba mostrarse y crecer en niveles de conocimiento. Además, entienden que le permitió mostrar a un “Schiaretti auténtico”, lo que encendió los motores del peronismo cordobés, que salió a la calle a militar la boleta de Schiaretti.
Con ese activo, el mandatario irá por la pelea nacional poniendo principalmente esfuerzo en la provincia mediterránea. Entienden que están en condiciones de ganarla (dando vuelta el resultado de las PASO, cuando se impuso Javier Milei) y de lograr una bancada de cinco diputados a partir de diciembre, con el objetivo de defender los intereses cordobeses. En concreto, solo renueva Carlos Gutiérrez (uno de los principales cerebros de la campaña), y por ello las chances de crecer son altas. También están fuertes en Santa Fe, donde el aporte del socialismo es clave.
El optimismo es tal, que en el comando schiarettista atribuyen las versiones de acercamiento a Milei como operaciones de prensa del oficialismo nacional, con el objetivo de desgastarlos.
Al mismo tiempo, Schiaretti pone el foco para después de diciembre. Ya avisó públicamente que intentará acumular políticamente en el peronismo pasada la elección siempre con el objetivo de terminar de desplazar al kirchnerismo. En el Congreso, entienden que tras la elección habrá una fragmentación del sistema político y de las bancadas, lo que permitirá trazar nuevas alianzas.
Por ahora Schiaretti se ha mostrado prescindente ante un eventual ballottage, aunque no ha dejado de castigar duramente el rumbo de la economía de Massa, a quien le atribuye el “fracaso” del “cuarto” gobierno kirchnerista.
