Fiel a su tradición picaresca, el senador Luis Juez ametralla con desparpajo verbal contra Daniel Scioli y Sergio Massa, principales aspirantes del peronismo para suceder a Cristina Fernández de Kirchner. Pero también contempla una autocrítica para el Frente Amplio Progresista, el espacio que él integra y que en Rosario presentó a sus principales candidatos para 2015, con la advertencia de que tendrá “capacidad de ser gobierno” sólo “si dejamos de lados nuestras miserias personales y ambiciones individuales”.
—¿Cuáles son las fortalezas de este nuevo espacio?
—Hay predisposición, vocación, gente honesta, transparente, con experiencia de gestión. Binner ha sido un gran gobernador de Santa Fe, dirigió Rosario, Sanz fue intendente de San Rafael, yo intendente de Córdoba. No somos improvisados en la materia.
—¿Y debilidades?
— El exceso de individualidades. El temor mío es que llegado el momento comencemos a anteponer cuestiones partidarias. Hay que armar una alternativa y terminar con el mito de que de que sólo pueden gobernar los peronistas, y lo dice un tipo que se fue del peronismo de Córdoba porque eran una banda de ladrones. Si nosotros perdemos 15 meses decidiendo quien es el más importante, vamos mal y es algo que no estamos exentos que vaya a suceder. Las discusiones del Progresismo en el país deberían ser en un teatro de la calle Corrientes, y todos usando “conchero” porque parecen vedettes. Si logramos anteponer las necesidades del país a nuestras propias vanidades vamos a tener chances de ser gobierno, sino estamos condenados al fracaso.
—¿Cree que el peronismo definirá su candidato presidencial en una interna?
—No, no hay chances de eso. El kirchnerismo resolverá quien será el sucesor de Cristina, que competirá contra algún representante del peronismo, que tendrá un fuerte apoyo comunicacional.
—¿Lo ve a Sergio Massa con capacidad para ser presidente?
—No tienen ninguna capacidad. Massa es el administrador de un country, porque eso es Tigre, al que le han dado dotes de estadista. A mí me tocó gestionar la ciudad de Córdoba cuando se debían siete meses de sueldo. Si me hubiera tocado administrar Tigre, hoy le estoy peleando a Obama la presidencia de Estados Unidos. Sin embargo Massa ha logrado concitar la atención de grandes grupos de poder que lo ponen en el lugar de un estadista importante y hasta ahora no ha gobernado nada. Veía la foto de Massa junto con Busti, Reutemann, Eduardo Duhalde, personajes que estuvieron en todos los gobiernos. Tomaron todas las decisiones equivocadas para el país, no dan explicaciones de nada y hoy se llaman renovadores.
—¿Cómo analiza el encuentro entre José Manuel de la Sota y Daniel Scioli?
—Fue una reunión entre dos necesitados. De la Sota es un dirigente en extinción, que está en retirada y que no tiene absolutamente nada para ofrecer; y Scioli es un dirigente con vocación estoica de aceptar cuanta ofensa esté dando vuelta, que quiere mostrar un juego propio y demostrar que no sólo depende de la presidenta para ser el sucesor. Scioli no tiene futuro sin Cristina, si no lo señala con el dedo, y De la Sota no tiene futuro porque los cordobeses ya se dieron cuenta que él está pensando más en el retiro que en la voluntad de gobernar.
—¿Qué análisis hace del presente del kirchnerismo?
—Es un proceso que agotó la paciencia de la gente. Los terminó devorando el relato. Ya no pueden dar nada nuevo, sino que al contrario, habrá más renuncias, se abandonarán nuevas banderas históricas. Finalizan el año coronando a Milani y perdiendo la bandera de los derechos humanos, y empiezan el 2014 mostrando una absoluta inoperatividad respecto a brindar servicios a la gente. Cristina, que había hecho de la cadena nacional una telenovela brasileña, desapareció. Hace 30 días que no sabemos dónde está, ni siquiera para pedirle disculpas a los contribuyentes de la ciudad de Buenos Aires por los cortes de energía. Este es un gobierno en retirada y por eso nos juntamos ahora, porque cuando un gobierno se está yendo, deja campos minados. Le pueden dejar un presente muy delicado a la Argentina y eso nos obliga a estar muy atentos.
—¿Y cómo ve la situación de Córdoba?
— Un espanto. El 3 de diciembre De la Sota nos hizo vivir a los cordobeses la noche más trágica de los últimos diez años, fruto de su inactividad, su inacción o su fastidio. No tomó dimensión de la magnitud que podía tener una protesta policial. Eso terminó generando la paritaria de los 9 milímetros, que originó un desastre en el país. Ese piso de discusión salarial de 8.500 pesos que instaló en la provincia, desembocó en una tragedia. Aumentó los peajes, la tasa vial, que es un curro que él tiene. Los cordobeses arrancamos muy mal el año y el escenario es muy preocupante porque De la Sota perdió la cintura política que supo colocarlo como uno de los mejores gobernantes.
—¿Usted responsabiliza a De la Sota por lo que ocurrió la noche de los saqueos?
—El es el principal responsable. Si esa noche él se paraba en el medio del motín y le daba la orden a ese grupo, esa gente salía a la calle custodiando la vida y la salud de los cordobeses. Ese fue un típico caso de mala praxis política. De la Sota subestimó el conflicto y generó un antecedente que se replicó en todo el país y dejó 14 muertos.