Hermes Binner ganó las Primarias en Santa Fe con el 41% de los votos, le sacó más de 15 puntos al segundo y ya se imagina consiguiendo más votos en octubre. La mira, sin embargo, la tiene puesta en la construcción de la sucesión presidencial, aunque “sin zambullirse en 2015”. En diálogo con PERFIL, aseguró que los próximos dos años son un “riesgo”, que esta es la década “de las oportunidades perdidas” y que es necesario “construir un país normal”. “Estamos lejos todavía de parecernos a Canadá y Australia, pero creemos que en Argentina hay una gran oportunidad”, aseveró, ironizando con la comparación que hizo Cristina Kirchner.
—¿Se ve en 2015 peleando?
—Nosotros estamos hoy en 2013. Y el 2013 es mucho más importante de lo que imaginamos, porque es el final de un mandato anunciado con dos años de anticipación. Esto genera un riesgo para el país, en el que hay que trabajar responsablemente desde el oficialismo y la oposición para que no se debilite más la situación económica y social. Serán dos años eternos si se instala la política del pato rengo.
—¿Hoy están más cerca del radicalismo que hace dos años?
—Hace veinte años que tenemos una integración con el radicalismo y otras fuerzas en Santa Fe. Podemos construir una fuerza no sólo para ganar una elección sino también para gobernar el país.
—¿Se imagina unas PASO contra Cobos, Sanz, Carrió u otros?
—Totalmente. Pero si nos ponemos a debatir el 2015 nos olvidamos que en este momento hay gente que no come. Y que esa posibilidad de comer se la da la economía del delito.
—Hoy visualiza como más factible una sucesión peronista, por Scioli o Massa.
—Ellos manifestaron su interés, pero después tienen que ir a elecciones. Las PASO son muy saludables. Están en el mismo partido, en el mismo movimiento, entonces que definan.
—¿No teme que, como en 2003, el peronismo resuelva su interna en la elección general.
—Ahí veníamos siendo víctimas del mal gobierno que significó la Alianza. Nosotros lo estudiamos bastante, para no repetir los errores.
—¿Y hay espacio para fuerzas no peronistas?
—Cuando ganamos Rosario, el mundo peronista decía que era imposible porque Rosario era la capital nacional del peronismo. Con la elección a gobernador lo mismo. Se puede gobernar sin el peronismo.
—¿Qué opinión tiene de la irrupción de Massa?
—Hay que esperar y ver cuáles son sus ideas. Es muy simpático. Y acepta a todos los que quieren pasarse a ese lado. Son cualidades. Después hay que ver cómo se produce el cambio. Si es una imagen camuflada del kirchnerismo, cuando la gente se de cuenta, el efecto será un boomerang.
—¿Le preocupa Cristina de acá a 2015?
—Me preocupa si no tiene una actitud de diálogo. El monólogo en la Casa de Gobierno o en Santa Cruz no cambia la realidad. Los próximos dos años podemos involucionar o evolucionar.