En la última sesión del año y tras haber suspendido el debate la semana pasada, el oficialismo logró reunir el quórum y aprobar el ascenso de 300 militares, incluyendo el de general de brigada César Milani (antes jefe de Inteligencia del Ejército) , quien era objetado por el radicalismo y el peronismo federal por su supuesta participación en el levantamiento carapintada que lideró Aldo Rico en 1987 contra el entonces presidente Raúl Alfonsín.
A pesar del pedido opositor de demorar los ascensos hasta marzo, para reunir pruebas contra Milani, el bloque K consiguió reunir el quórum con ayuda del senador Samuel Cabanchik, de Proyecto Buenos Aires Federal (PROBAFE), ex integrante del bloque de la Coalición Cívica en la Cámara Alta. Esto posibilitó que el general de Brigada Milani, actual jefe de Inteligencia del Ejército, se convierta en general de división.
El ascenso de Milani generó debates dentro del seno kirchnerista, ya que el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que preside el periodista Horacio Verbitsky, había objetado su promoción. El Perro -como se conocer al columnista de Página/12- es uno de los periodistas con mayor llegada al poder K.
Hasta ahora, la prueba de la supuesta participación de Milani es una fotografía publicada en el diario Clarín del 17 de octubre último, en la que el militar aparece junto al fallecido dirigente justicialista Herminio Iglesias y oficiales carapintadas, en Campo de Mayo. La información señala que la imagen del encuentro fue tomada y publicada por la revista Somos, el 22 de abril de ese año.
Gerardo Morales, jefe del bloque radical, objetó el ascenso. “La aprobación del pliego de Milani es la concreción de la politización de las Fuerzas Armadas”, afirmó, según informa el sitio Parlamentario.com.
Sonia Escudero, del PJ Federal, aseveró que recibió “una cantidad de denuncias de personas que fueron excluidas” por ser familiares de personal militar que participó de gobiernos militares. “El pasado no puede sofocar el presente, desde la institucionalidad estamos generando personas resentidas, y todo a cuesta del Estado”, sostuvo.
La voz del oficialismo la tuvo el senador chubutense Marcelo Guinle, quien mantiene una relación de amor-odio con el gobernador Mario Das Neves. “Lo único que se pidió en la comisión fue revisar su supuesta participación [de Milani] en el movimiento carapintada”, señaló.
El chubutense que preside la estratégica comisión de Acuerdo acusó a los legisladores opositores de haberse dejado llevar por “folletines mentirosos, algunos lo repiten como si fuera una realidad, se ha echado a rodar una serie de cuestionamientos que no tienen ningún tipo de argumentos” y agregó irónico: “Yo no sé quién estaba dando letra. Antes era un monopolio, ahora debe ser un servicio arrepentido”.
