Los presagios apocalípticos a los que en algunos momentos recurrió un sector de la oposición y que en los últimos días fueron el eje del raíd de actos que Néstor Kirchner protagonizó en territorio bonaerense denotan la falta de convivencia democrática.
La propia presidenta, Cristina Fernández, salió a defender lo dicho por Kirchner, en el sentido que si el oficialismo no obtiene la mayoría legislativa el 28 de junio, el país "explota".
"Todas las leyes que transformaron el país la hicimos con nuestra mayoría. ¿Cómo podríamos haber avanzado en los últimos años sin ese instrumento?", se preguntó la presidenta. Si el Poder Ejecutivo -el matrimonio Kirchner- piensa que no puede gobernar con esta oposición si no es con mayoría en el Poder Legislativo, entonces, ¿para qué sirve el Congreso Nacional? Siguiendo esa misma lógica, el macrismo, sin mayoría en la Legislatura porteña jamás hubiera podido aprobar más de 40 leyes. El diálogo, como decía el ex presidente Raúl Alfonsín, es la base del sistema democrático.
De esta situación se deduce que cualquiera de los escenarios del 28 de junio por la noche serán poco auspiciosos. En el caso del kirchnerismo es probable que tanto si triunfa como si es derrotado, no convocará a la oposición. En el caso de la oposición, es probable que de triunfar o ser derrotada exija cambio de rumbo. Sin que nadie proponga el diálogo como base para arribar a acuerdos que mejoren la situación de la ciudadanía. Expectantes en un escenario de polarización entre kircherismo y oposición, se sitúan algunos dirigentes del peronismo nacional, que prefirieron no cruzar la línea para abrazarse al proyecto presidencial de Mauricio Macri y/o Felipe Solá sino pensar en un recambio de la cúpula del PJ.
Incluso, el propio Alberto Fernández, otrora hombre fuerte del gobierno de Kirchner y defensor a ultranza de la gestión del santacruceño, se enfrentó al pronóstico oscuro del ex presidente, en caso de que triunfe la oposición. "No comparto nada de eso, absolutamente nada. No hay ninguna posibilidad de volver al 2001", dijo.
De esa manera, Alberto Fernández se sumó al grupo de peronistas críticos que integran Juan Schiaretti, Carlos Reutemann, Jorge Busti, Jorge Obeid y Mario Das Neves, que pretenden discutir el destino del Peronismo, con o sin Kirchner, de cara al 2011.
De cerca sigue el proceso en el peronismo Mauricio Macri, quien pretende ir dando forma a una alianza con el PJ, si es que ningún dirigente se perfila como candidato a las presidenciales.
Por el momento, Macri intenta salir airoso de la compulsa en la Ciudad de Buenos Aires. Las últimas encuestas que maneja el jefe de gobierno porteño dan a Gabriela Michetti una intención de voto del 41 por ciento, con un conocimiento en distrito metropolitano de más del 90 por ciento, y una venta de más de 15 puntos sobre la lista de Elisa Carrió, que encabeza Alfonso Prat Gay.
Mientras, el kirchnerismo sigue sin encontrar candidato y Carlos Heller, apenas alcanza un cuarto puesto. Por estas horas, Rafael Bielsa y Daniel Filmus son tironeados para volver a conformar un gran frente. Sin embargo la figura difícil parece ser Jorge Telerman, quien reniega de cualquier mote kirchnerista.
(*) Agencia DYN