Sin medias tintas, el gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, en su peor momento político por la muerte del maestro, calificó al presidente Néstor Kirchner como “un miserable” y “un cobarde que utiliza políticamente” la situación generada por el asesinato del docente Carlos Fuentealba.
Además, lo acusó de “mandar parapoliciales” y de ser “un mentiroso al decir que tiene una postura conciliadora y no de mano dura, ya que hubo ya 43 casos de represión violenta y 22 desalojos en su gobierno”.
En declaraciones realizadas al programa “A Dos Voces”, que se emite por TN, Sobisch dijo concretamente que “Kirchner es un miserable, el Ministro del Interior es otro miserable y ambos son dos perversos”. Respecto del primer mandatario, continuó expresando que también “es un cobarde que utiliza esta situación para aprovecharla políticamente”, y que esa actitud que calificó como “miserable y cobarde” del presidente “me ataca no sólo a mi sino al pueblo de Neuquén”.
“Si vamos a dejar en manos de los parapoliciales y las otras fuerzas que maneja Kirchner el manejo de la seguridad, que diga directamente que la policía no existe mas”, continuó diciendo un muy exaltado Sobisch, quien se refirió al trágico hecho ocurrido la semana pasada en su provincia como “un accidente no querido, que le duele a todos y a mi tambien me duele”.
“Por eso tomé las medidas no sólo para separar sino también para castigar a los responsables, y sigo profundizando las investigaciones para que todos quienes tengan responsabilidad por acción u omisión paguen las consecuencias”, se defendió el gobernador.
Sobisch reivindicó "el orden frente al caos" y criticó los cortes de ruta y los piquetes.
Tras ser consultado sobre si se arrepentía de haber tomado la decisión de reprimir, sin embargo, Sobisch respondió: “Hice cumplir la Constitución y las leyes vigentes en mi provincia y como gobernador volvería a hacerlo, para preservar la libertad y que las minorías no manejen a las mayorías. Yo en ningún momento mandé matar a nadie; simplemente hice cumplir la Ley y la Constitución”.
Por otra parte, el mandatario neuquino reconoció que al separar de la fuerza al policía acusado del hecho “sabía que todos me iban a preguntar cómo podía ser que alguien con los antecedentes de Poblete seguía trabajando”, pero se deslindó de responsabilidad alguna al respecto diciendo que el supuesto asesino “fue nombrado en setiembre de 1999 antes de que yo asuma y no puedo conocer todos los legajos”. En rigor, la condena a Poblete por torturas es de 2005 y fue apelada.
“De todas maneras -agregó Sobisch-, estoy haciendo revisar los legajos uno por uno para que esto no se repita, y le pedi la renuncia al jefe y al subjefe de la policía por no haber tomado las prevenciones para saber a quien tenemos adentro de la fuerza. Yo controlo la policía pero no los expedientes, porque soy gobernador y no jefe de personal”.
Enseguida, igualmente, el gobernador aclaró que “nuestra policía no es represora”, y pasó de víctima a acusador diciendo que entre los docentes que reclaman por salarios en Neuquén operan “grupos armados como cuerpos de elite” y “dirigentes duros” que desean “generar problemas”, entre los que mencionó a “la gente de Cerámica Zanón”.
Finalmente, Sobisch dijo que “hay una propuesta concreta a los docentes para ajustar su salario”, y que no pudo hablar con la esposa de Fuentealba “por una situación particular de la que podría pensarse que quiero sacar ventajas”.