El fiscal federal Carlos Stornelli apeló este lunes la falta de mérito dictada por el juez Luis Rodríguez a Santiago Viola, ex defensor de los hijos de Lázaro Báez. Viola está acusado de ser uno de los instigadores de los falsos testimonios que sostenían que el juez Sebastián Casanello había sido visto en la Quinta de Olivos, en plena investigación de la causa conocida como “la ruta del dinero K”.
Las versiones que lo ubicaban allí fueron desmentidas por la justicia y los dos presuntos testigos del hecho quedaron procesados por falso testimonio y están a la espera de que comience el juicio en su contra. En tanto que a fines de 2017, por orden de la Sala I de la Cámara Federal de Apelaciones, comenzó la investigación para determinar quiénes estuvieron detrás de las maniobras contra el magistrado y de allí surgieron el nombre de Viola y del fiscal con paso por la Inteligencia macrista, Eduardo Miragaya. Ahora la situación de Viola se discutirá en la Cámara de Apelaciones, en tanto que continúa en la fiscalía de Stornelli la investigación contra él y Miragaya, quien también recibió por el momento la falta de mérito en la causa.
Epicentro de varios intentos por desplazarlo del expediente en el que puso preso a Báez, Casanello se presentó como querellante en la causa que investiga las maniobras en su contra y desde allí pidió las indagatorias de Viola y Miragaya, lo que fue acompañado por Stornelli. En tanto que poco después hizo lugar a la solicitud el juez Rodríguez e indagó a ambos involucrados. En los dos casos la indagatoria fue por el delito de instigación al falso testimonio, pero en el caso de Miragaya, como se trata de un funcionario público, se considera que a través de su conducta infringió además los deberes que implica su cargo.
Para llegar a la citación fue clave que en el curso del expediente se estableció que los dos testigos que afirmaron falsamente haber visto a Casanello en Olivos se habían comunicado un total de 238 veces entre llamados al celular de Miragaya y al teléfono del estudio que Viola comparte con su madre, la también abogada Claudia Balbín.
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Viola se hizo cargo de la defensa de los hijos de Báez varios años después de comenzado el expediente y, a pesar de que se trataba de una causa voluminosa, lo primero que hizo, pocos días después de asumir fue intentar el apartamiento de Casanello.
Por otro lado, los dos falsos testigos quedaron procesados por falso testimonio fueron Gabriel Corizzo y Carlos Scozzino y están a la espera del juicio oral, en el que les fue rechazada una probation.
Mentiras que cayeron. En 2015, Corizzo y Scozzino habían dicho que vieron al juez, Sebastián Casanello, en la Quinta de Olivos, en la antesala de una reunión con la entonces presidenta Cristina Kirchner, lo que se probó que fue mentira. Por este motivo fueron procesados, embargados y sus procesamientos confirmados por la Sala I de la Cámara de Apelaciones que además ordenó la investigación para desentrañar quiénes estaban detrás del caso. El propio Casanello se había autodenunciado y había negado esa situación, que estuvo a punto de derivar en que fuera apartado de la causa en la que proceso y detuvo al empresario kirchnerista, Lázaro Báez, por supuesto lavado de activos.
Para el juez Rodríguez, tanto Corizzo como Scozzino "sistemáticamente mintieron, lo que ha quedado evidenciado en el contraste existente entre lo efectivamente -hasta aquí- probado y el contenido de las declaraciones juramentadas brindadas". En tanto que al revisar el fallo de primera instancia, los camaristas de la Sala I, Jorge Ballestero y Leopoldo Bruglia, sostuvieron que "ni Casanello, ni Corizzo, ni Scozzino concurrieron a la quinta de Olivos". Respecto a la situación de los dos procesados, agregaron que "afirmaron hechos falsos en sus respectivas declaraciones" testimoniales.
Luego Corizzo admitió ante Stornelli haberse reunido con Viola y un fiscal, cuya descripción coincide con Miragaya, poco antes de declarar falsamente contra Casanello.