El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, intentó hacer a un lado a los excombatientes que cortaban este mediodía la Avenida 9 de Julio, aunque no tuvo la suerte que esperaba: junto a la Policía Federal, el funcionario dialogó con los manifestantes, pero no obtuvo la orden de la Justicia Contravencional porteña para hacer efectivo el desalojo.
Berni, que cuenta con cada vez más poder en Seguridad en plena interna con la ministra Nilda Garré, se presentó en la 9 de Julio para convencer a los excombatientes continentales -que reclaman ser considerados como veteranos de guerra- de desistir de la protesta y liberar el tránsito vehicular, pero por no tener autorización judicial, no pudo desalojar a los exsoldados.
“La fiscal contravencional de la Ciudad no da la orden de desalojo”, se quejó el funcionario nacional, notablemente molesto. “Vine para hacerlos entrar en razón”, explicó al canal Crónica TV. “En este caso, somos auxiliares de la Justicia”, justificó.
“No puede ser que doscientas personas compliquen a millones de hombres y mujeres que vienen a trabajar a la Ciudad”, cuestionó Berni. “Es un despelote”, exclamó, aunque aclaró que, por una “maniobra envolvente, se liberaron cuatro carriles” de una de las principales vías de circulación porteña.
“Hay que tener un poco de respeto por los ciudadanos”, insistió Berni. “Es una vergüenza que la Justicia, en vez de hacer un punto de equilibrio, desde una oficina, con teléfono y aire acondicionado, no le importe”, continuó el secretario, en una entrevista con el canal C5N.
“No puede ser que la Justicia contravencional sea siempre parte del problema y no de la solución”, acusó. “Les importa dos pepinos”, finalizó.