Ricardo Lorenzetti maniobra en un terreno delicado. Todavía no dio ninguna señal clara que permita vislumbrar cuál es su posición con respecto a la Ley de Medios. “El que diga que sabe cómo va a actuar Lorenzetti, miente”, resumen en su entorno. La estrategia genera mal humor y resquemores tanto en el Gobierno como en el Grupo Clarín. Los dos sectores en pugna necesitan seguridades que Lorenzetti no les da. El Gobierno reacciona con enojo. En Clarín hay un clima de intranquilidad. Ambos lo cortejan y lo presionan. El juez apela a la característica que más lo define: la prudencia extrema.