Alain Touraine, el prestigioso sociólogo francés, le dijo el año pasado a Cristina Fernández que lamentaba su política "populista". Ahora, la primera dama no lo invitó a la reunión que organizó en París con intelectuales franceses.
En una entrevista con el Diario Perfil, Touraine habla del "personalismo" y la "hegemonía" del gobierno de Néstor Kirchner y señala que la mayor inquietud que existe sobre el Presidente argentino es su tendencia a "eliminar la oposición y asfixiar la prensa".
El prestigioso intelectual francés se refiere a una "inquietante concentración de poder" en nuestro gobierno, y ve a Cristina Kirchner como la posible heredera de ese "poder absoluto". También se refiere a las perspectivas de crecimiento de la Argentina y, desde una visión crítica, asegura que el país no puede "postergar su modernización" ni "continuar con esta deriva absolutista".
A continuación, la entrevista completa.
- ¿Cómo evalúa el gobierno de Néstor Kirchner?
Alain Touraine: El año pasado, cuando ví al presidente, elogié los resultados económicos, pero le comenté que —a mi juicio— reflejaban una situación excepcional de las exportaciones y una disminución del peso de la deuda. Sin embargo, ese fenómeno no era el resultado de cambios estructurales del aparato productivo. También evoqué algunos puntos inquietantes.
- ¿Cuáles?
Alain Touraine: El personalismo o la hegemonía del gobierno, que está en manos de un puñado de personas. Luego de la reforma del Consejo Superior de la Magistratura, el gobierno tiene el control del Parlamento y de la Justicia, lo que significa una inquietante concentración de poder. Ahora hay en ciernes un proyecto de perpetuación.
- ¿De qué manera?
Alain Touraine: Cristina Kirchner podría ser la heredera de ese poder absoluto, a menos que la sucesión adquiera otra forma. Pero, en todo caso, el grupo ya controla todos los resortes del poder. La visita de la senadora a París me parece que se inscribe en el contexto. Pero nada de eso cambia el problema de fondo de la Argentina.
- ¿Cuál es?
Alain Touraine: Paradójicamente, por el hecho de no haber modernizado sus estructuras productivas, la Argentina —esencialmente exportadora de materias primas— resulta más beneficiada que los países industriales de este ciclo de la economía mundial. Lo mismo ocurre con Chile, que depende del cobre. El verdadero problema de Argentina reside en que, desde 1910 ó 1920, vive de las fluctuaciones de su comercio exterior y de las reivindicaciones sociales internas. Pero en el último siglo no tuvo una élite dirigente capaz de gobernar su futuro desde el punto de vista administrativo ni económico. Esa situación se agravó en los últimos años con el éxodo de cerebros. La Argentina se dedicó siempre a exportar y distribuir, y jamás a producir e innovar. Con excepción de Frondizi, todos son responsables y Perón en primer lugar.
- ¿Cómo ve el futuro?
Alain Touraine: Argentina no puede postergar su modernización (…) ni continuar con esta deriva absolutista. La mayor inquietud que existe sobre Kirchner es su tendencia de eliminar la oposición y asfixiar la prensa. El caso argentino, de todos modos, es menos grave que el de Venezuela. El déficit de democracia en Argentina es preocupante.
- ¿Kirchner está enojado con usted por sus críticas?
Alain Touraine: La última vez que lo ví nos separamos en los mejores términos. Cuando Cristina Kirchner vino a París el año pasado, tuve una reunión con ella. Al despedirme, le dije que lamentaba su política «populista».
- ¿Eso la disgustó?
Alain Touraine: En Argentina casi todo el mundo es peronista y populista. No veo por qué pudo tomarlo mal. Sería erróneo pensar que se trata de una crítica. Pero no puedo decir que juzgo al gobierno argentino en forma entusiasta.
- ¿Por eso no lo invitó a la reunión de intelectuales que ella organizó en este viaje?
Alain Touraine: Eso sólo ella lo sabe. Pero, si es así, no me quita el sueño.