Luego de la gran movilización que hizo la CGT en contra del Gobierno, el presidente Mauricio Macri decidió que dos funcionarios ligados al sindicalismo dejen su cargo. Los dos hombres que deberán desocupar sus despachos son Ezequiel Sabor (el segundo hombre más importante del ministerio de Trabajo) y Luis Scervino, Superintendente de Salud que manejaba la multimillonaria caja de las obras sociales.
El puesto de Scervino es clave. Más allá de la caja que su cargo implica administrar (controla un presupuesto anual de 7 mil millones de pesos de distintos programas de salud entre todas las obras sociales sindicales), está ligado al titular de los trabajadores de AySA, José Luis Lingeri, un hombre fuerte de la entidad gremial.
Esta noticia confirma lo que PERFIL había anticipado sobre los rumores de su posible salida en abril de este año. “Si lo echan, sería una provocación, un intento de ruptura”, había advertido en su momento uno de los más influyentes integrantes de la mesa chica de la CGT ante la consulta de este medio.
Bajo su gestión, de fuerte perfil técnico, se regularizaron los pagos a las obras sociales y se operacionalizó un acuerdo para restituir una millonaria deuda que se había acumulado durante los gobiernos kirchneristas. Además, se iniciaron acciones para mejorar el control de las obras sociales.
Por el lado de Sabor, su baja es la primera pérdida dentro del ministerio de Trabajo, que comanda Jorge Triaca. No sólo importa por ocupar el cargo de Secretario de Trabajo sino por ser un miembro histórico del PRO, la fuerza política creada por el propio Macri. Sabor se desempeñó anteriormente como subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio porteño entre los años el 2011 y 2015.
En el acto, la CGT criticó duramente al Gobierno, que mientras se realizaba la manifestación se reunió con jóvenes que habían conseguido empleo gracias a las reformas con las que insiste la administración actual.
"No ha multiplicado los peces ni los panes, lo que se ha multiplicado es la pobreza", disparó uno de los secretarios generales del triunvirato que conduce la CGT, Juan Carlos Schmid. "Nos dice que el progreso está por llegar y que representamos un obstáculo, pero no somos sordos. Hace mucho tiempo aprendimos que las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) nos han conducido terriblemente al fracaso", insistió.