POLITICA

Tras quedar a un paso de la detención, los Moyano contraatacan en la justicia

A mediados de 2019, estuvieron a un paso de quedar detenidos. Macri los acusó de mafiosos el Día de la Bandera. Ahora, serán querellantes. Y una denuncia contra el procurador bonaerense Conte Grand los avala.

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Pablo Moyano, y el juez Luis Carzoglio | CEDOC

En el lapso de un año, el estatus judicial de los Moyano cambió radicalmente. En mayo de 2019, tanto Hugo como Pablo estuvieron a punto de ser apresados por supuestos vínculos con la barra brava de Independiente. En un operativo con un impactante despliegue, la gendarmería allanó la sede de camioneros. El juez bonaerense que había rechazado el pedido de detención de Pablo en octubre de 2018, Luis Carzoglio, ya estaba suspendido. Los dirigentes gremiales habían pasado de aliados funcionales a archi-enemigos éticos de Cambiemos. 

En junio de 2019, Mauricio Macri aprovechó el acto por el día de la Bandera en Rosario para subir al moyanismo al ring: ya metido en el clima de campaña, el ex presidente pegó al camionero con las mafias y la corrupción. Para mediados del año pasado, los Moyano estaban a la intemperie.  

Un año y una elección presidencial más tarde, la situación no podría ser más distinta. Lejos de ser los acusados, los Moyano contraatacan. En breve optarán por ser querellantes en una causa que los tiene como víctimas de una red de espionaje ilegal, comandada por la AFI amarilla. 

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"La obsesión de Macri era meternos presos", dijo el secretario adjunto del Sindicato de Camioneros. Fue ayer, antes de entrar al juzgado de Lomas de Zamora. Ahí, el magistrado Federico Villena le mostró una serie de pruebas sobre inteligencia en contra de los gremialistas. Pablo Moyano agregó: "Incitaban a los presos para que declararan en contra nuestra".

"Todo me sorprendió", dijo a la salida, ante la pregunta de periodistas. "Revolver nuevamente lo que fue la causa de Independiente. Como apretaban presos para que hablaran en contra mía y de Hugo (Moyano). Vi fotos de las casas, de los hijos, de los viajes, de actos. Uno no le encuentra sentido. Haber destruido, endeudado y empobrecido el país, con cifras récord de desocupados, y encima investigar a los que estábamos en la calle", dijo Moyano. 

Sobre el papel que supuestamente cumplía Macri en la trama de espionaje ilegal, aseguró: "Todo fue un armado del expresidente por la obsesión que tenía con los opositores. Sobre todo en contra de Hugo y mío. Es un bochorno, asqueroso y repugnante lo que hizo el gobierno anterior a través del expresidente espía. Se dedicó a inventar causas a quienes nos opusimos a sus políticas económicas".

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En paralelo a la presentación de Hugo Moyano, el (suspendido) juez de garantías de Avellaneda, Luis Carzoglio, denunció que recibió presiones bajo el gobierno de Macri.

"Me hicieron llegar que Macri quería hablar conmigo”, explicando el juez, quien señaló que el fiscal Mariano Leguiza, de Lanús, se metió en el coche de su asesor para hacerle llegar este mensaje.

"A los dos o tres días organizamos una reunión en mi despacho”, relató Carzoglio ayer, el momento en el que el jefe de Legales de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Juan Sebastián De Stéfano, y el jefe de Finanzas, Fernando Di Pasquale, le confirmaron que el expresidente tenía una “obsesión” con Moyano, y que lo que quería “detenido”.

Una denuncia reciente avala los dichos de Carzoglio, además de reforzar un dato evidente: el cambio radical del aire político-judicial.

El fiscal general de Lomas de Zamora, Enrique Bernardo Ferrari, presentó ante el juez federal Federico Villena una denuncia contra el procurador bonaerense, Julio Conte Grand. En su acusación sumó a otros jueces y fiscales bonaerenses por haber iniciado expedientes judiciales con fines políticos o generar causas para perseguir a funcionarios, sindicalistas, magistrados y funcionarios judiciales.

Ferrari remarcó que el ex director de la AFI, Juan Sebastián de Stéfano, fue uno de los agentes a los que el juez Luis Carzoglio acusó de un apriete para detener a Moyano. “Carzoglio relató públicamente que lo habían ido a ver el jefe de asuntos jurídicos de la AFI Juan Sebastián de Stéfano y el de Finanzas Fernando Di Pasquale. ‘El Presidente está obsesionado con Pablo Moyano', le dijeron en su oficina. ‘¿Usted que quiere?‘”.

Los titulares de la AFI admitieron ante la Comisión Bicameral del Congreso haber enviado a sus agentes. “Los intermediarios fueron del Ministerio Público Fiscal de Lomas de Zamora, conforme lo denunciara el juez Carzoglio”, advirtió Ferrari en su denuncia.

En el 2018, los Moyano ya había presentado una denuncia en el juzgado de Lomas de Zamora. Llermanos acusó a periodistas y funcionarios macristas por "tráfico de influencia y peculado". El planteo, realizado ante Villena, era que el gobierno de Cambiemos operaba sobre el Poder Judicial para activar causas en contra de Hugo y Pablo. En concreto, para perseguirlos judicialmente.

La presentación de 2018 apuntaba contra Marcos Peña, Patricia Bullrich, los periodistas Luis Majul y Alfredo Leuco, funcionarios del Ministerio de Seguridad y de la Agencia Federal de Inteligencia. Ante la denuncia, Villena se declaró incompetente y la mandó a Comodoro Py. El sorteo le cayó al histórico Ariel Lijo. En los tribunales de Retiro, la causa no registró demasiados avances. 

El hecho de que Villena no haya desestimado la acusación, en un contexto político mucho más favorable para el macrismo, representa una señal alentadora para el jefe camionero. O al menos así lo decodifica un Moyano entusiasmado (aunque aún en cuarentena) con el cambio de clima judicial.