De la noche a la mañana —y nunca de manera tan literal— el ánimo de los investigadores que buscan a los asesinos de los policías Pedro Germán Díaz, Ricardo Torres Barbosa y Alejandro Rubén Vatalaro, cambió.
No sólo fueron las detenciones de un barrabrava de Estudiantes de La Plata y un empleado ministerial lo que les borró algunas arrugas de preocupación; la casi certerza de que están en la recta final de la resolución del caso hizo de la jornada de hoy una de las más apacibles desde el viernes 19 pasado, cuando cadáveres de los tres polcías fueron hallados tendidos sobre el piso de una planta transmisora perteneciente al Ministerio de Seguridad bonaerense.
Hasta el propio jefe de la cartera política, León Arslanián, se asomó por la soleada tarde platense a dialogar con la prensa y dar algunos detalles que apuntan, casi sin dudas, a la hipótesis de un crimen pasional.
Lejos quedaron las afirmaciones de politicos oficiales (como el caso del gobernador Felipe Solá y hasta el propio presidente Néstor Kirchner) de que todo el país estaba ante un hecho mafioso vinculado, además, con el proceso electoral que se avecinaba.
No obstante, para los familiares de los detenidos, se trata de nuevos "perejiles" cuyo arresto es funcional a la paz necesaria para enfrentar los comicios de mañana (Ver nota aparte).
Anoche, el juez de Garantías César Melazo ordenó la detención de dos hombres tras una seguidilla de allanamientos sucedidos durante todo el día. Casi al final, la boncanada de aire fresco llegó de la mano de la orden de arresto.
Uno de los detenidos es Leandro Ariel Colucci, de 27 años, un supuesto barrabrava del club Estudiantes de La Plata, y empleado del Ministerio de Desarrollo Humano bonaerense, que fue apresado en su casa en la misma localidad donde fueron asesinados los tres polícías.
El otro de los sospechosos detenidos por orden de la justicia, es un joven polícia que sería compañero de las víctimas, que según los investigadores, habría estado en la escena del crimen el día posterior a los asesinatos .
De acuerdo con los voceros del caso, la situación procesal de los dos sospechosos se complicó al hallarse en los allanamientos cuchillos, balas, ropas con sangre y unas zapatillas cuyas huellas coincideron con las encontradas en el predio del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires.
Además, la policía estaría buscando a otras tres personas, que también habrían tenido participación en los homicidios de los policías, ocurridos el viernes pasado.
Según indicaron fuentes de la investigación, el juez Melazo habría aceptado la detención de un presunto barrabrava de Estudiantes de La Plata, que tenía una herida de bala en una mano y que, aunque quiso justificar la lesión, se sospecha que habría sido herido en un enfrentamiento con los policías asesinados.
También fue dispuesto el arresto de un hombre que sería el autor intelectual del crimen, en el marco de la hipótesis pasional que manejan con mayor atención los investigadores, aunque no revelaron su identidad.
En los allanamientos realizados ayer se encontraron pruebas "claves", como unas zapatillas similares a las huellas levantadas en el centro de telecomunicaciones, cuchillos y balas, señalaron las fuentes.
Los operativos de esta tarde fueron autorizados por Melazo, luego de que lo solicitara la fiscal Leyla Aguilar.
El triple crimen de los policías tuvo lugar el viernes último, en la planta de transmisión del ministerio de Seguridad provincial, en las afueras de La Plata.
Además, el martes, una treintena de policías retirados, conocidos como “Los sin gorra”, se concentraron frente a la división Asuntos Internos de la Bonaerense para marchar hacia la Casa de Gobierno en repudio por el triple crimen del viernes y para reclamar el esclarecimiento del hecho.
Locura asesina. Todos las pistas de los pesquisas apuntan a la hipótesis más firme en la investigación: la que señala que un hombre celoso porque su mujer tendría una relación con el suboficial Alejandro Vatalaro, de 27 años, habría organizado la venganza de esa infidelidad.
Aun no está claro cuál fue el motivo del ensañamiento con el sargento Pedro Díaz y el suboficial Ricardo Torres Barbosa, cuyos familiares se reunieron hoy con el gobernador Felipe Solá.
Vatalaro recibió 33 cuchilladas y un tiro en la nuca; su compañero Barbosa tenía dos tiros en la cara y varias puñaladas, mientras que el sargento fue baleado por la espalda cuando escapó corriendo aunque también tenia heridas cortantes.
Los investigadores entienden que los encargados de hacer ese trabajo habrían estado vinculados a un hoy empresario y ex policía bonaerense que conocería las instalaciones del centro de comunicaciones de la localidad de Arana, donde estaban las víctimas. También habrían contactado a barrabravas de Estudiantes de La Plata.
Uno de los lugares revisados fue la zona de Los Hornos, el barrio que se hizo conocido porque cuatro de sus ocupantes (conocidos como "los horneros") fueron los contratados en 1997 para matar al fotógrafo José Luis Cabezas, en La Plata, recordaron los investigadores.
La trama pasional. " Con la captura de Leandro Colucci y de un barrabrava del Club Estudiantes de La Plata, de apellido Mastrovita, más otros tres sospechosos que figuran en la causa, y las pruebas y testimonios colectados, se puede anticipar el esclarecimiento del caso", señalan las fuentes policiales.
También obtuvieron los investigadores " las grabaciones que Colucci le envió a una mujer, de nombre Noelia, antes y después de los asesinatos, incluso, uno que recibió esta mujer cuando estaba en el velatorio del oficial Alejandro Vatalaro".
Otra prueba en contra de Colucci -indicaron las fuentes- "es que a parentemente Noelia fue la novia de Colucci durante unos siete años, pero esa relación se cortó cuando la mujer, que trabaja en el Ministerio de Seguridad, conoció a Vatalaro". Además, contra Colucci pesa el " identikit dictado a la policía por un testigo que vio después de la matanza, en una calle de La Plata, la camioneta policial conducida por una persona de rasgos similares al aprehendido".
Fuente: Télam y DyN