POLITICA
pulseada provincial

Un acuerdo con la Bonaerense que revela fragilidad

Ante la amenaza de una protesta, el gobierno de María Eugenia Vidal apuró un aumento salarial.

Presion. Sitio de Facebook usado para anunciar los reclamos.
| Cedoc Perfil

Si bien el gobierno bonaerense consiguió desactivar sobre la hora un conflicto sindical con la Policía, el reclamo reveló una situación de gran fragilidad. Al malestar entre los agentes rasos por los sueldos y las condiciones laborales a la baja, se sumaron las evidentes dificultades para manejar a los noventa mil agentes policiales. Así, ante la amenaza de un paro informal para hoy a la noche, la administración de María Eugenia Vidal concedió a las apuradas un aumento salarial del 15%.
“El anuncio no equipara el sueldo al de un efectivo de la Metropolitana. Mantenemos la queja, pero no haremos ningún quite de colaboración”, afirma el titular del autodenominado Sindicato Policial de Buenos Aires, Nicolás Masi.
A pesar de que esta agrupación no tiene personería gremial ni reconocimiento oficial, su planteo representa un enojo largamente extendido en las bases de la Policía. Un pedido que no es nuevo: en 2013 hubo protestas bastante parecidas. Y si bien el escenario político era distinto, el desenlace fue calcado: aumento salarial dictado por el ex gobernador Daniel Scioli para aminorar la protesta.
El actual reclamo de la Bonaerense se hizo visible vía Facebook días atrás: agentes retirados, con el apoyo silencioso de algunos en servicio, llamaron a la rebelión desde la página “Policía Reclamando”. Sin dar nombres propios, convocaron a una “retención de tareas” de dos horas para hoy, entre las 20 y las 22, a un sirenazo y a no atender el 911, con el objetivo de mostrar “el desprecio que nos están haciendo”.
La postura inicial del ministro de Seguridad Cristian Ritondo fue minimizar el planteo y presentarlo como una reacción entre corporativa y política, ante una serie de purgas que el gobierno impuso en la cúpula bonaerense. Pero ayer, cerca del ministro terminaron por admitir que se trató de un reclamo genuino. Tras la suba anunciada por Ritondo, desde la página de Facebook se dio la contraorden de suspender: “Esperemos que cumpla con su palabra”, advirtieron ayer los bonaerenses. A su vez negaron un intento “desestabilizador”, y confesaron en tomo semiarrepentido que ellos votaron a Vidal porque pretendían “un cambio: mejoras salariales, reducción horaria, equipamientos”.
El aumento será escalonado: un 15% retroactivo a febrero y marzo, más otro plus que en julio elevará el salario en 15.500 pesos. Así, se acercará tibiamente a los 17 mil que hoy cobra un agente de la Metropolitana en la Capital, antes del aumento del 2016. La brecha entre fuerzas se mantendrá cercana a los 5 mil pesos. Ayer, desde el ministerio de Ritondo se entregaron a una doble tarea: contener a la tropa descontenta y desmentir la renuncia del jefe de la Bonaerense, el comisario Pablo Bressi, algo debilitado tras este nuevo pataleo policial

Gremio sin personería

Sin derecho a huelga, cada reclamo policial desencadena un tironeo de interpretaciones sobre si se trata de un intento de-sestabilizador, una operación política o un simple planteo gremial. En la Argentina ningún sindicato policial es reconocido por el Ministerio de Trabajo ni tiene personería gremial, bajo el argumento de que la naturaleza de su trabajo no lo permite. Sin embargo, tras un planteo judicial del Sindicato Policial de Buenos Aires (el Sipoba, uno de los actores que activó el actual reclamo gremial contra el gobierno de Vidal), todavía está pendiente un fallo de la Corte Suprema al respecto. En agosto del año pasado, la Corte organizó una audiencia para debatir un tema en el que hay coincidencia plena entre kirchnerismo y macrismo: el anterior y el actual gobierno
rechazan la posible sindicalización de las fuerzas de seguridad

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