El kirchnerismo puso en marcha la teoría de la "desestabilización" aunque, a diferencia del conflicto con el campo que estigmatizaba a la dirigencia agropecuaria, un sector poderoso y rico, esta vez no surgen "enemigos" claros que sustenten esa hipótesis de conflicto.
Cualquier intento desestabilizar, sobretodo de un gobierno, debería surgir de otro sector con igual o más poder que el Ejecutivo. Sin embargo, según las denuncias mediáticas, algunos medios, sectores sindicales como los de Kraft o los subtes, organizaciones sociales de izquierda o dirigentes políticos como Elisa Carrió, Julio Cobos o Eduardo Duhalde, ¿tienen un poder igual o mayor al matrimonio Kirchner? Es poco probable.
Siguiendo con ésa línea de razonamiento, ¿cuál es entonces el motivo de esta denuncia de desestabilización por parte del gobierno, la CGT y los dirigentes K? "Que nadie le cope la calle, ninguna organización", razonó un dirigente del PJ bonaerense.
De todos modos, si sólo ese es el objetivo, podría ser muy alto el precio que se está pagando.
En las últimas horas, el vicepresidente opositor Julio Cobos mantuvo un diálogo privado con un grupo de empresarios vernáculos. Allí estaban el titular de la Asociación de Dirigentes de Empresas (ADE), Gastón O'Donell; Julio Werthein, fundador del Grupo Werthein; y otros representantes del sector industrial y productivo. Allí, los empresarios le manifestaron a Cobos su "gran preocupación" por el clima político y social que "atenta contra la necesidad de inversión y mayor producción" que tiene el país.
No es la primera vez que los sectores empresarios llevan a Cobos su preocupación. El mendocino compartió la preocupación y les adelantó que después del 10 de diciembre, con la nueva conformación en el Congreso, presentará un proyecto para que parte de los recursos que en la actualidad maneja discrecionalmente la Nación en materia de obra pública y salud, unos 20 mil millones de pesos, pasen a ser manejados directamente por gobernadores e intendentes.
"Qué gobernador o intendente no va a apoyar esa iniciativa si actualmente tienen que bajar la cabeza para que la Nación les envíe las partidas", razonó un legislador radical.
Cobos, en tanto, se encamina a convertirse en el candidato o precandidato de un radicalismo unido. La UCR parece encaminarse, finalmente, a un acuerdo para que Ernesto Sanz sea el presidente del partido a partir de diciembre; que Gerardo Morales ocupe la jefatura del bloque en el Senado; que todo el cobismo se pase al bloque radical desde el 10 de diciembre; y que el cordobés Oscar Aguad continué como jefe del bloque de diputados y en 2011 sea reemplazado por el bonaerense Ricardo Alfonsin.
En ese contexto, Néstor Kirchner decidirá en las próximas horas si acepta o no reasumir como jefe del PJ nacional. Pese a que anoche el Consejo Nacional rechazó su renuncia, no está claro si continuará. Los que están a favor de su continuidad se ilusionan con un "Kirchner candidato" en el 2011, que revalide sus títulos en una interna con Eduardo Duhalde, Carlos Reutemann o Felipe Solá, y vaya por un segundo mandato. Pero quienes se muestran escépticos creen que el santacruceño rechazará el convite la semana que viene, intentará entronizar a algún delfín y se ubicará a la cabeza de un nuevo frente entre el PJ y los sectores sociales no peronistas, en una suerte de nueva versión del Frente para la Victoria.
Ante ese panorama, los peronistas antikirchneristas intentan amortiguar el impacto. Francisco de Narváez coqueteó en las últimas horas con participar en la interna del PJ sí se aprueba la reforma política con internas abiertas y simultáneas. De Narváez argumenta que con el apoyo de los ciudadanos independientes, él u otro referente podrían repetir el triunfo del 28 de junio ante el propio Kirchner.
(*) Agencia DYN