POLITICA
LUJAN Y MERCEDES

Un sector de la Iglesia afín a Menem y al kirchnerismo

Creció su poder y su estatus durante la década del 90 bajo la gestión de Emilio Ogñenovich.

Ogñenovich, un "menemista más", para el expresidente de los 90.
| DyN

Además de Luján y Mercedes, el arzobispado abarca unas 27 localidades, de Alberdi a Lobos. Creció su poder y su estatus durante la década del 90 bajo la gestión de Emilio Ogñenovich. Un funcionario de la administración Menem no dudó en calificarlo como “un menemista más”.

Durante la campaña de 1999, el arzobispo jugó fuerte contra la candidatura de Graciela Fernández Meijide a la gobernación y en favor de Carlos Ruckauf. Cuando asumió la Alianza, se develó que millonarias sumas habían sido giradas al arzobispado. Parte de ese dinero se utilizó para construir un seminario, donde comenzó a crecer la carrera eclesiástica del actual vicario general, Jorge Bruno.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Tras el retiro de Ogñenovich, en 2000, Rubén Di Monte mantuvo la tradición de fuertes vínculos con la política. En su caso, con el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner. En 2003, el primer decreto presidencial fue para la refacción de la Basílica de Luján. También fue el lugar elegido por la pareja presidencial para rehuir las homilías de Jorge Bergoglio durante el Tedeum del 25 de Mayo

Desde la Iglesia se indicó que los fondos eran manejados por el gobierno y el arzobispado sólo controla las refacciones y la preservación del lugar. Pero también hay dudas sobre las donaciones recibidas por Di Monte y su apego al poder.

Una anécdota muestra el recalcitrante conservadurismo de Di Monte y su influencia política. En 2004 causó un fuerte revuelo al decir que los homosexuales eran “enemigos de Díos” y “dignos de muerte”. En el Concejo Deliberante local se emitió un repudio a esas declaraciones. Pocos días después, Di Monte organizó un acto religioso en el lugar. Fue su modo de demostrar que el poder religioso no se atiene a los mandatos de la política.