Descalzo, todavía despeinado tras haber salido de la cama, en jogging y remera de dormir, el ex vicepresidente Amado Boudou vio cómo, a casi dos años de dejar el poder, el ocaso más temido se volvía una realidad. Fue ayer a primera hora de la mañana cuando en el living de su departamento, en el piso 2 “C”, del complejo Madero Center, de Puerto Madero, escuchó cómo le leían la orden de detención en su contra y los derechos que lo amparaban. En los casi tres minutos que duraron ambas lecturas (por parte de un oficial de Justicia y un miembro de Prefectura) supo que el juez Ariel Lijo consideraba que fue el jefe de una asociación ilícita dedicada al lavado de dinero. Era el toque final a la caída que comenzó en diciembre de 2015, cuando el kirchnerismo debió abandonar el poder. El juez tomó la decisión después de que recientemente finalizara un peritaje contable que había empezado en 2015 y que estableció irregularidades patrimoniales de los investigados.
En el departamento estaba también la pareja de Boudou, la ex diputada mexicana Mónica García de la Fuente, quien está embarazada de mellizos que nacerán en apenas dos meses. La mujer habría entrado en una crisis nerviosa al enterarse de la situación. Boudou, por su parte, tras notificarse de los cargos que pesaban en su contra y firmar los papeles correspondientes, se cambió apenas y se preparó para salir. En ese departamento, que antes supo compartir con la periodista Agustina Kämpfer –quien será indagada en el marco de la misma causa–, Boudou cambió el jogging por un jean, se puso otra remera oscura y unas zapatillas deportivas. Esposado y escoltado apareció primero en el estacionamiento de su edificio, donde lo cargaron a una camioneta que lo llevó rumbo a una sede de Prefectura y después a Comodoro Py.
Su llegada fue en medio de un fuerte operativo de seguridad y también mediático. Decenas de cámaras y móviles lo esperaban en la entrada del edificio, ubicado en el barrio porteño de Retiro. El espectáculo fotográfico que se generó en torno del ex vicepresidente distó mucho de lo que fue la detención de otros referentes de la era K, como Julio De Vido, detenido hace 10 días. O de Ricardo Jaime, el primer funcionario kirchnerista en caer tras las rejas, a comienzos de abril de 2016.
El recorrido de imágenes que se hizo desde el interior de su casa hasta su ingreso al edificio de Comodoro Py es sólo una parte. Y se completa con el video, de casi tres minutos, donde se lo ve escuchando la decisión judicial en su contra, que se difundió y viralizó en apenas unos minutos. Ayer, en tribunales eran varios los que sostenían que era una “barbaridad” que algo así hubiera sucedido. El propio Boudou dijo en audiencia que era “aberrante”.
Las imágenes, sin casco y con las manos esposadas, pero sin tapar (como se hace con algunos presos) de Boudou caminando escoltado por Prefectura fue casi idéntica a la de su amigo José María “Nariga” Núñez Carmona. Supuesto socio y testaferro de Boudou, Núñez Carmona es marplatense como el ex vicepresidente y hasta ayer, otro vecino de Puerto Madero. Durante el mediodía también volvieron a compartir lugar, pero esta vez en la alcaidía de Tribunales.
