Por un lado, figuras que habían sido derrotadas en las elecciones de 2007, como Elisa Carrió, pudieron recuperar un cierto espacio; por el otro, el peronismo crujió y varios dirigentes abandonaron presurosos el barco kirchnerista, como Carlos Reutemann o Felipe Solá, con el objetivo de posicionarse como una opción peronista no kirchnerista.
Durante el largo conflicto entre el gobierno y el campo la oposición hizo lo que se esperaba de ella, a tono con la cultura política argentina: se juntaron para derrotar al gobierno en la votación parlamentaria pero no se preocuparon demasiado por elaborar alguna propuesta superadora al principal recurso kirchnerista para satisfacer las glotonas arcas estatales: las retenciones a la soja y a otros productos.
Es, en este sentido, una oposición haragana, encandilada por los brillos mediáticos, que, como los referentes antimenemistas que alumbraron luego la Alianza, cree que su rol se resuelve con un par de frases ingeniosas en un estudio de TV o ante el grabador de un periodista gráfico.
Basta ver lo que ocurrió este fin de semana en Expoagro: por allí desfiló todo el arco opositor, que dijo más lo menos lo mismo: “El próximo paso es reunir quórum en el Congreso para tratar un proyecto de ley que reduzca o elimine las retenciones a los granos, la carne y la leche”.
¿Y con eso? ¿No sería más sensato ponerse a trabajar en una reforma impositiva que, por ejemplo, no haga necesario apelar a las retenciones pero que establezca que quien gana más pague más y que, por el contrario, los más pobres no tengan que pagar IVA en los productos que consumen?
A veces la oposición da la impresión de que le gustaría que este conflicto durara hasta las elecciones de octubre, sin importarle las consecuencias para el país en medio de una crisis global. Tal vez sea una impresión errónea. Ojalá. Porque si, como las elecciones en Catamarca parecen indicar, el kirchnerismo entró en un tobogán electoral, vamos a necesitar una oposición que sea mejor y mucho más eficaz y creativa que el gobierno actual.
*Editor jefe del diario PERFIL.