Mientras políticos, empresarios y famosos cenaban a beneficio de la Fundación Margarita Barrientos en La Rural, el barrio de Los Piletones se había convertido en un basural a cielo abierto. Un conflicto entre la empresa recolectora y las cooperativas que se encargan de llevar los residuos hasta los volquetes había dejado el barrio regado de basura.
No es la primera vez que ocurre algo así en la villa modelo del macrismo. La empresa Serbeco SA acumula denuncias por prestar un servicio deficiente. Y si bien en 2016 se había vencido el plazo de su licitación, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño se lo prorrogó por un año, a cambio de 14.222.285 pesos. Ahora cumple funciones en situación de “prórroga” a la espera de una nueva licitación, según explicaron desde el gobierno.
Serbeco trabaja junto a cooperativas: una es Los Piletones, presidida por el puntero Miguel Osuna. Cercano a Barrientos hasta hace unos años, ahora están enfrentados. Otra responde directamente a Margarita: se trata de la Unión Limitada, manejada por su hija Beatriz Antunez.
Sobre el origen de la pelea por la basura existen versiones cruzadas. La actual presidenta de la Junta Vecinal, Mónica Ruejas, responsabiliza a Osuna, Antunez, Serbeco y la pasividad del gobierno. Margarita Barrientos, en cambio, limita la culpa a Osuna: “Pide coimas a la empresa”, señala.
Lo cierto es que Piletones sigue lejos de ser una villa ejemplar, como alguna vez planteó el PRO. La representatividad de Barrientos también está discutida: en las últimas elecciones vecinales, Beatriz Antunez (hija de Margarita) quedó tercera.
En 2015 se anunció la “urbanización de Los Piletones”. Para la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, tal afirmación es insostenible. “Se asfaltaron calles y se embellecieron fachadas de las casas que están en los límites territoriales. Pero continúan los problemas de acceso a servicios y las fallas en infraestructura”, opinó Pablo Vitale, el coordinador del Derecho a la Ciudad de ACIJ. n