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Una semana kirchnerista en Nueva York

Las falacias de definir el todo por la parte y la parte por el todo son dos de los recursos más utilizados por la pareja presidencial. Por qué su paso por EE.UU. es representativo del modus operandi K de siempre.

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| Presidencia

Las falacias de definir el todo por la parte y la parte por el todo son dos de los recursos retóricos más utilizados por la pareja presidencial. Apelando a ellos, se puede demostrar, sin ser falaz, que la semana de Cristina y Néstor en Nueva York es representativa del modus operandi kirchnerista de siempre.

Cristina Fernández de Kirchner llegó a Nueva York el domingo 21 de septiembre acompañada por una enorme comitiva que incluía al primer caballero, ministros, gobernadores, diputados y vice gobernadores, voceros y secretarios, y hasta a Estela de Carlotto.  La enorme delegación disfrutó de la comodidad del lujoso hotel Four Seasons, ubicado en la calle 57 entre las avenidas Park y Madison. Parte de esta delegación llegó sin una agenda específica y se dedicó a brindar apoyo moral a CK en sus diferentes apariciones, como hacen los fieles barrabravas de nuestros amados equipos de fútbol.

Cristina contó con una cargada agenda donde sobresalen eventos como el Consejo de las Américas, el cierre del NASDAQ, y la reunión en el Consejo de Relaciones Exteriores, sin olvidar la Asamblea General de la ONU.

Apelando a ambas falacias, los Kirchner nos permiten definir gran parte de su gestión en base a su visita a Nueva York; también podemos concluir que este viaje fue un poco más de lo mismo. El todo por la parte y la parte por el todo.

La Presidenta mostró su humilde arrogancia intelectual en cada discurso, en los cuales buscó justificar el “modelo” (el cual definió como “intervención del Estado” en la economía con fuerte énfasis en los superávit gemelos). Olvidó mencionar que el modelo incluye control y distorsión de precios, una maraña de subsidios, una tasa cambiaria artificial y la manipulación de las estadísticas oficiales. En materia económica, nuestros mandatarios siempre abusaron de la falacia de la división (definir las partes por el todo): “el PBI está creciendo, quiere decir que todo está funcionando bien”. Esta necesitada defensa del modelo económico es una constante a través de los años.

En el mismo discurso, Cristina también hizo uso de la falacia de la composición (definir el todo por las partes), ganándose varios aplausos. Al explicar que la Argentina está en uno de sus periodos de mayor crecimiento económico, la Presidenta quiso demostrarles a los norteamericanos que ellos mismos justifican nuestro modelo. “Se produce la intervención estatal más formidable de la que se tenga memoria precisamente desde el lugar donde nos habían dicho que el Estado no era necesario” explicó CK ante la ONU, en relación a la inyección de capital y el salvataje de varios bancos por parte de la Fed. Decir que la crisis económica norteamericana es una demostración de que el libre mercado no es eficiente e implícitamente dar validez al modelo argentino es una gran falacia desde el punto de vista lógico y económico. Si el fútbol nos enseña algo, son dos cosas: que el pasado nunca es evidencia definitiva para el futuro y que no es el sistema táctico sino su implementación lo que importa.

Otra propiedad del kirchnerismo que podemos deducir de esta semana, y que al mismo tiempo los últimos años nos llevan a asumir, es la de tratar de imponer la realidad en vez de responder a ella. Las declaraciones de Guido Antonini Wilson en Miami conicidieron con la presencia de la comitiva argentina en Nueva York. Allí, Antonini explicó que la valija con US$800.000 con la que fue detenido en la aduana no era suya sino de Claudio Uberti y que había otra valija con aproximadamente US$ 4 millones, que estuvo en la Casa Rosada donde habló con Julio De Vido y Claudio Uberti y que la plata provenía de PDVSA y era para financiar la campaña presidencial de CK.

Es raro que la Presidenta no mencione el tema en ningún momento, en especial cuando logró reunirse con el Secretario Adjunto del Departamento de Estado de EE.UU. Thomas Shannon. Tampoco parece habérselo mencionado a Bush cuando se sentaron juntos en la cena de la ONU. Resulta contradictorio que Cristina calle mientras algunos ministros y gobernadores hacen eco de sus declaraciones a principios de año (cuando se refirió al tema como un “operativo basura”). También resulta contradictorio que el juicio en la Argentina salga del freezer justo cuando declara Antonini en Miami.  La última contradicción es que mientras el Gobierno reclama a la justicia norteamericana la extradición de Antonini, nadie recuerda que el ejecutivo de PDVSA Diego Uzcátegui y su hijo siguen prófugos de la justicia argentina. Tal vez podemos concluir que otra propiedad de las gestiones K es la hipocresía.

Definiendo el todo por la parte y la parte por el todo, concluimos que esta fue una semana bien kirchnerista donde abundó el cocktail de falacia, arrogancia e hipocresía. Nuestra hipótesis nos lleva a suponer que el resto de su gestión será similar; ojalá la conclusión sea falaz.