Donde antes se alzaba la tierra nativa y el ecosistema de Punta Pereira, hoy se abre una llanura pelada, de una inmensidad que escapa a la vista desde la cerca perimetral. Es el embrión de la “nueva Botnia” que Uruguay planea edificar en las costas del Río de la Plata con el nombre Montes del Plata, a escasos 19 km de la isla Martín García y a sólo 60 km de Buenos Aires, cuyo contorno se dibuja en el horizonte los días despejados de aguas mansas. Aunque aún no presentó la evaluación ambiental que exige Montevideo para autorizar la construcción de su planta y del puerto correspondiente, la nueva pastera ya culminó hace dos semanas las obras de cimientos para levantar su ambicioso proyecto que duplica en tamaño al de Fray Bentos.
“La Haya se pronunció esta semana sobre el caso particular de Botnia, pero tememos que el gobierno lo interprete como un aval para impulsar esta industria en Uruguay”, advirtió a PERFIL Elizabeth Díaz, de la ONG Guayubira. Y los hechos le dan la razón. A la millonaria inversión de Botnia pueden sucederle otras tantas propuestas seductoras desde Japón, Estados Unidos, Europa e incluso Latinoamérica que el gobierno oriental tiene en estudio. Pero de todas, la futura planta en el departamento de Colonia, nacida de la sociedad entre la suecofinlandesa Stora Enso y la chilena Arauco, esta última con denuncias de contaminación en su propio país, es el que más cerca se encuentra de volverse realidad en el próximo año y medio.
En esta oportunidad, sin embargo, la Argentina no podrá alegar incumplimiento de los tratados internacionales. No sólo porque el emplazamiento de Montes del Plata es el mismo que ENCE había informado en conferencia de prensa desde la Casa Rosada en diciembre de 2006 con aval argentino, sino porque, según aseguró a este diario un alto funcionario del gobierno uruguayo, Buenos Aires autorizó recientemente en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) la construcción de un canal cercano a la isla Martín García para permitir el arribo de los barcos de gran calado directamente al puerto privado de la pastera. Desde el Gobierno argentino no desmintieron esta información.
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