Cuando Victoria Carolina Bereziuk ingresó al Órgano de Control de Concesiones Viales (Occovi) en el 2002, no tenía forma de adivinar que, sólo cinco años después, se convertiría en uno de los personajes protagónicos de una novela que salpicaría a lo más alto del poder.
Bereziuk saltó a la fama aquel fatídico 4 de agosto de 2007, horas después de que el avión de Enarsa, en el que viajaba el venezolano Guido Antonini Wilson, aterrizara en el aeropuerto de Ezeiza. “Vicky” era la “octava pasajera” del Cessna.
Con sólo 30 años, la sexy Bereziuk se convirtía así en la testigo privilegiada de una investigación que no sólo complicaba al gobierno argentino, sino además a la dirección de la petrolera Pdvsa y al entorno de Hugo Chávez.
“Vicky” era entonces secretaria de Claudio Uberti, director del Occovi, y durante sus viajes al exterior se codeaba con ricos y poderosos de todas partes del mundo. Dicen que recibía todavía más invitaciones que su jefe y que no tenía reparos en utilizar su belleza para conseguir lo que quería.
Fue la primera en declarar formalmente que había visto a Antonini Wilson en la Casa Rosada el lunes 6 de agosto del año pasado, dos días después de que se destapara el escándalo de la valija. Más de un año después, el propio Antonini confirmaba que el dato era cierto durante su declaración en el juicio de Miami.
Pese a que Bereziuk intentó salir de la escena pública tras el escándalo, una muy curiosa cadena de mails la volvió a poner en el ojo de la tormenta en mayo pasado.
El primero de los mails que comenzó a circular entonces contenía varias fotos de “Vicky” con un grupo de amigos en una fiesta que, según relataba la fuente anónima, se había producido en Punta del Este. Dos días después, el 7 de mayo, un segundo mail llegó a varias redacciones: esta vez, con una supuesta casa que Bereziuk se habría comprado en la exclusiva zona de La Barra, en Punta del Este, y con más fotos del entorno privado.
Pero entre las cuatro fotos que llegaron, una resaltó por su importancia. La ex secretaria del Occovi aparecía muy bien acompañada por José María Olazagasti, secretario privado de Julio De Vido y jefe de Ceremonial del Ministerio de Planificación.
Los mails pasaron, pero la reputación de “Vicky” volvió a ser tema nacional cuando el abogado defensor del único acusado del juicio de Miami, Franklin Durán –el ex socio de Antonini Wilson-, aseguró que la joven rubia y el polémico “valijero” habrían tenido un affaire.