POLITICA
ex gobernadora

Vidal armó una fiesta en Palermo para despedir a sus ex funcionarios

Duerme en la casa de sus padres pero ya prepara su mudanza a Capital. Armará una fundación y se enfoca en la unidad opositora.

20191214_vidal_traspaso_kicillof_provincia_cedoc_g.jpg
Salida. La ex mandataria, el miércoles, en el traspaso con Kicillof, quien le cuestionó la herencia. | cedoc

El jueves decidió festejar. Aunque perdió la Provincia, juntó a unos 80 ex funcionarios bonaerenses de su confianza y bailó hasta las 2.30 de la mañana, entre tragos y selfies. María Eugenia Vidal se despidió de asesores y ministros con una fiesta en la que sonaron cumbia y reggaeton, y donde se combinaron las risas con cierto alivio luego de cuatro años de gestión.

Para la ex gobernadora fue una semana clave: entre los suyos asegura que tuvo una buena transición con Axel Kicillof y hasta preparó a sus legisladores para que respondan antes las críticas del flamante mandatario a la herencia.

Además, logró que el bloque de diputados provinciales que maneja tenga un espacio clave de poder con firma en el control administrativo. Ese lugar fue para Adrián Urreli, un hombre del intendente de Lanús, Néstor Grindetti, pero con el consenso del foro de intendentes y de la propia Vidal.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

El domingo pasado ya había sido especial: pasó su primera noche en la casa de sus padres, en Haedo, y durmió en su vieja habitación, donde estudió sus últimos años en la Universidad Católica. Se irá a vivir a Palermo en breve.

El equipo de Vidal le respondió a Kicillof cuánto dinero dejan en la provinc

Ya tiene todos los papeles para inscribir una fundación –sin nombre aún–, algo que dejó en pausa para tomarse unas vacaciones mientras arma el plan de estudios para la materia Políticas Públicas que tiene pensado dar en una universidad privada.

Sigue concurriendo a las reuniones de Juntos por el Cambio tanto a nivel nacional como provincial. La aburren pero está enfocada en que no se pierda la unidad. Esta semana, en ese sentido, ya hubo cinco fugas entre los legisladores provinciales. Pero, cree, no habrá más.

Celebration. Ayer organizó un almuerzo formal en el restaurant La Brigada solo con los ex ministros. Pero el plato fuerte de la despedida vidalista fue el jueves en Las Patriotas, en Palermo, uno de los bares que viene creciendo en la noche porteña. Cada ex funcionario pagó un bono contribución de $ 1.000 para acceder a los chorizos, salchicha parrillera, entraña, empanadas de carne, croquetas de acelga y hamburguesas. Pero también a la barra libre con cerveza tirada, vino, fernet y tragos en general.

No bien apareció, ya pasadas las 9 de la noche de la convocatoria, Vidal saludó uno por uno a todos. No estaba sola: la acompañó su hija mayor, Camila, quien se sumó a los “trencitos”. Además hubo muchas fotos (en especial selfies).

Nueva etapa: qué ocupación pusieron Macri y Vidal en Twitter

El primero en llegar, con puntualidad, fue el ex ministro de Educación, Gabriel Sánchez Zinny, quien seguirá trabajando en el gobierno porteño junto con la titular de la cartera educativa, Soledad Acuña. El ex jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai, volvió a su viejo amor por la música: se calzó los auriculares y fue DJ durante un largo rato, donde mezcló los años 80 y 90.

Lo miraron sonrientes los ex ministros Andrés Scarsi (Salud) y Santiago López Medrano, de Desarrollo Social, quien asumió como titular de la Corporación Sur de la Ciudad (el organismo encargado del desarrollo del sur). El ex ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, prácticamente no tocó la pista de baile, mientras que, muy por el contrario, Fabián Perechodnik (quien ocupó la Secretaría General y volverá a ser consultor de opinión pública) bailó como pocos casi toda la noche al igual que la joven diputada Camila Crescimbeni. El legislador Alex Campbell llegó con una campera camuflada, como si estuviera en una guerra, acorde –según  bromearon– a “los tiempos que vienen”.