Algunos días atrás un grupo de diez mujeres que trabajan en comedores comunitarios y Centros de Primera Infancia esperaron a María Eugenia Vidal con una foto: ella misma hace más de diez años, como ministra de Desarrollo Social porteña, posando sonriente. Fue un reencuentro con referentes sociales que conocía bien: en 2008 comenzó a pensar los CPI que luego se extendieron por toda la Ciudad.
Vidal comenzó a recorrer la Ciudad, en silencio y sin cámaras de TV, con el fin de reencontrarse con el electorado porteño.
Ya instalada en su piso 10 sobre la Avenida Pueyrredón, donde se mudó tras dejar la gobernación bonaerense, la ex vicejefa porteña viene caminando la Ciudad en encuentros mano a mano con jóvenes universitarios, caminatas por barrios y comercios, y también visitas a villas, comedores y fábricas.
En rigor, es un plan para “reencantar” al electorado porteño que la tuvo como ministra entre 2008 y 2011, y luego como vicejefa de Mauricio Macri hasta 2015.
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“En realidad las villas ya las conozco a todas, ahora las estoy volviendo a recorrer”, les dice a sus asesores la precandidata a diputada nacional.
Las recorridas, en silencio y casi sin asesores, comenzaron hace quince días pero se irán incrementando camino a las PASO del 12 de septiembre.
Otra de sus visitas se dio a una fábrica de jabones en Palermo, una pyme que por primera vez en su historia tuvo que despedir empleados.
Otra de las recorridas fue a un grupo de comerciantes de Nueva Pompeya y luego estuvo en la zona comercial de Caballito. En este marco, camino a las PASO, y luego a las elecciones generales del 14 de noviembre, el jefe de la campaña porteña, Fernando Straface, prevé apuntar a la “cercanía” como un eje central. Por ello armó una mesa donde también tienen voz y voto Federico Salvai, mano derecha histórica de Vidal, el radical Emiliano Yacobitti y el lilito Maximiliano Ferraro.