"Queremos agradecerles su presencia en esto pretende ser el punto de partida la nueva Ley de Comunicación audiovisual". Con esas palabras, el entonces jefe de Gabinete Sergio Massa le dio la bienvenida a todo el arco kirchnerista a la que sería una de las batallas más encendidas del oficialismo.
Desde el Teatro Argentino de La Plata, y acompañado por su exjefa, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, presentó el proyecto de ley que, tras ser debatido y modificado en ambas cámaras del Congreso, se convirtió en la Ley 26.522. El mismo que ayer la Corte Suprema ratificó, al pronunciarse en favor de su constitucionalidad.
Fue el 18 de marzo de 2009 y la política argentina respiraba otros aires. El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, se reía con el metalúrgico Antonio Caló, a unas pocas butacas de Daniel Scioli y Néstor Kirchner. Todos ellos escuchaban atentamente al hoy líder del opositor Frente Renovador.
No obstante, también estaban otros kirchneristas históricos: Carlos Zannini, Julio De Vido y Florencio Randazzo, en representación del gabinete nacional; distintos artistas vinculados al oficialismo, junto a representantes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo aplaudieron calurosamente su presentación.
"Aquí comienza un camino que busca darle un marco jurídico adecuado y moderno a uno de los campos más reelevantes de nuestra sociedad, no sólo en términos de información, sino también en términos de identidades", explicaba Massa. "Esto excede un texto legal para llamarse a una política de Estado que nos va a exceder a todos en el tiempo", aseguraba.
Según sostenía Massa en ese acto, el impulso a la ley suponía un “un camino que busca darle un marco jurídico adecuado y moderno a una de las actividades mas relevantes de nuestra sociedad”.
La ley no sólo se proponía regular la actividad comunicacional, sino también “que incentive la inversión en el sector, sin seguir los dictados de nadie, sino alineados a la construcción estratégica que necesita nuestro país”.
“Tenemos la posibilidad de corregir los errores de una apertura indiscriminada que se dio en los '90, para transformarla en una apertura mucho más federalizada, que aumente nuestras voces, nuestros contenidos, generando más y mejores fuentes de trabajo”, exhortaba el ahora diputado electo por el Frente Renovador.
“En la pluralidad, la legalidad y en la seguridad jurídica podremos agregar muchas voces para que sean cada vez más y más las que se repiten en los medios”, proclamaba el jefe de ministros, que insistía en “dejar de emparchar para construir”.
“El beneficiario final del esfuerzo va a ser el ciudadano común de a pie y carne y hueso, que está esperando que a este tema le pongamos de una vez y para siempre un marco normativo que pluralice el derecho a la información”, prometía Massa. Lo próximo fue una disputa enardecida que duró cuatro años y promete continuar.