Unas cinco mil personas soportaron con estoicismo una sensación térmica de cero grado a la intemperie en Ushuaia, para participar de la vigilia que se realiza anualmente en los primeros minutos del 2 de abril, en recuerdo de los argentinos muertos en el conflicto que hoy cumple 30 años.
La ceremonia contó con una activa y entusiasta presencia de familias que concurrieron con sus hijos en edad escolar primaria, vecinos de Ushuaia y veteranos de guerra de las tres fuerzas armadas que dieron un tono emotivo a la reunión, que se inició minutos antes de las 12 de la noche con el descenso de la bandera hecha jirones por estar el año entero al aire libre.
El acto consistió en el recambio de una bandera nacional que estuvo en el mástil bautizado Puerto Argentino de la Plaza Islas Malvinas durante los últimos 365 días y su reemplazo por un pabellón similar que flameará sacudida por los fuertes vientos patagónicos hasta el 2 de abril de 2013.
La tela del símbolo nacional, hecha jirones al punto de llegar hasta el sol amarillo dibujado en su centro, fue entregada a la policía fueguina que la había donado en abril de 2011 y ahora deberá conservarla para posibilitar llevarla a las Malvinas, cuando el territorio vuelva a soberanía argentina.
La nueva bandera fue entregada por la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) y fue elevada al tope del mástil por el director general, Diego Bossio. Fue ingresada a la plaza por ocho veteranos de guerra que trabajan en el organismo nacional en medio del aplauso general. El pabellón fue franqueado por una larga fila de ex combatientes de Malvinas y boy scouts que armaron un corredor en medio de la multitud.
El símbolo patrio fue bendecido por un sacerdote y saludado por el presidente de la agrupación de excombatientes de la capital fueguina, Carlos Latorre, quien elogió la estrategia del gobierno nacional para reclamar la soberanía sobre el archipiélago austral.
El intendente de Ushuaia, Federico Sciurano, cosechó los mayores aplausos momentos antes de dejar inaugurado en forma oficial el cenotafio con los nombres de los 649 argentinos muertos en el conflicto de 1982 y una llama votiva que expresará con su luz incesante el homenaje a los que murieron en los campos de batallas.
La vigilia continuó en el predio de la plaza Islas Malvinas con actos culturales en una carpa de grandes dimensiones que albergó cientos de personas sentadas y varios stands de las fuerzas militares y de seguridad que tuvieron bajas en la lucha que hoy cumple 30 años.
Para mitigar el frío y el cansancio, un grupo de veteranos preparó en una cocina de campaña chocolate en vasos, que luego distribuyó a los presentes, en lo que conforma ya una tradición constante de los encuentros realizados para esperar acompañados el 2 de abril de cada año.
La multitud desconoció durante varias horas el paso del tiempo después de la ceremonia de medianoche, aunque en particular las familias con hijos y los ancianos se fueron retirando de a poco, como mostrando pocas ganas para enfrentar solos el aire frío que comenzó a moverse amenazante desde el Canal del Beagle, originado en algún rincón de la Antártida.
Los habitantes de Ushuaia parecen haber encontrado la fórmula más efectiva para afrontar los primeros fríos del otoño que toman envergadura en los primeros días de abril: se reúnen a conmemorar juntos el aniversario del comienzo de la guerra de Malvinas y mantienen un cálido clima de entusiasmo y pasión.
Hoy, alrededor de las 12, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezará el acto central del trigésimo aniversario del inicio de la guerra por Malvinas, visitará las obras ya inauguradas unas horas antes de su llegada y definirá algunos de los próximos pasos del gobierno nacional.