POLITICA
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Vuelven las licencias no automáticas y se estudian más medidas para el comercio

Alberto F prometió “administración inteligente”. Las importaciones cayeron 25% en 2019 por la crisis. Se prevé que habrá un saldo positivo de US$ 18 mil millones este año.

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For export. Las ventas al exterior crecieron 6% durante el 2019. | shutterstock

Ante los empresarios de la Unión Industrial Argentina, antes de asumir, Alberto Fernández prometió una administración inteligente del comercio exterior, con el objetivo doble de cuidar los dólares y el mercado interno, para reactivar la producción local.  

Hoy las cámaras de los sectores sensibles que trabajan con el Gobierno en las listas de los productos a los que se les volverán a poner licencias no automáticas para la importación de productos, una herramienta aceptada por la Organización Mundial de Comercio y otorgan un plazo de 60 días para analizar la entrada de los productos que llegan del exterior.

El Gobierno anterior desmanteló buena parte de las licencias pero ahora, algunas cámaras ya se llevaron el compromiso de que las posiciones que coinciden con su producción estarán cubiertas por licencias. Uno de los casos es el de juguetes.

La Cámara Argentina de la Industria del Juguete fue la primera en reunirse con el flamante secretario de Industria y Comercio Exterior, Ariel Schale y analizaron licencias no automáticas, aduanas especializadas, certificaciones, dumping. “Estamos articulando con ellos desde la primera hora”, aseguró Julián Benitez, gerente de la entidad. “Las posiciones del sector van a estar bajo licencia”, indicó.

Por su parte, el titular de la Cámara de Importadores, Rubén García, indicó que hoy las licencias están saliendo normalmente y consideró que hay medidas vigentes de protección, como el 35% de arancel de importación máximo, los valores criterio aduaneros, el estampillado, el canal rojo y el doble IVA. “La administración del comercio tiene que ser inteligente”, coincidió y advirtió que el 80% de los productos que entran del exterior se destinan a la producción local, como insumos o maquinaria.

La protección del mercado interno apunta a garantizar que el escaso nivel de consumo local, se dirija a la producción nacional. “Tenemos un 50% de ociosidad en nuestras máquinas. Eso implica que tomar a un trabajador que hoy está desocupado va a hacer que gaste un salario en el mercado interno. Esa es una espiral que se va abriendo virtuosamente sobre sí misma. Las pymes damos el 70% del trabajo privado en Argentina: somos ordenadores de un montón de funciones sociales, y tenemos la esperanza de que pronto iremos recuperándonos, por prepotencia de trabajo, si hay medidas que nos acompañen”, indicó el referente del Frente Productivo Nacional y presidente de la Asociación Pyme, Daniel Moreira, quien participó de una reunión con Matías Kulfas esta semana.

Los economistas descuentan la aplicación de más de estas medidas. “Se espera que la protección sobre sectores mercado internistas e intensivos en mano de obra se acreciente. Restricciones cuantitativas a las importaciones y créditos blandos a ramas fabriles como electrodomésticos, textil, cueros y juguetes se verían beneficiados”, indicó la consultora Ecolatina.

Cepo ‘hard’. Hasta noviembre, el superávit comercial de bienes acumuló US$ 13.650 millones, lo que revirtió ampliamente el déficit de US$ 5.200 millones registrado en igual período del año pasado. Las exportaciones crecieron 5,8% interanual y llegaron a US$ 59.650 millones.

En noviembre impactó la fuerte liquidación del campo para esquivar la suba de retenciones. Las importaciones, por su parte, mantuvieron la caída del 25,2% interanual, con US$ 46.000 millones entre enero y noviembre. El cepo estableció límites para los plazos de importación, que complican el comercio con China. Los importadores esperan una reunión con el equipo de Miguel Pesce para mediados de enero.

En ese marco, la consultora LCG proyecta que el resultado de la balanza comercial dejará US$ 15.000 millones, el nivel más alto -en dólares corrientes- desde 2009.

Para este año, en tanto, como no se prevé una fuerte recuperación económica -y por lo tanto, de las importaciones-, y si el tipo de cambio real se mantiene en niveles elevados se proyecta que el saldo positivo podría rondar los US$ 18.000 millones.