La muerte de Anthony Bourdain causó sorpresa dentro y fuera del universo gastronómico. El chef estadounidense tenía 61 años y se encontraba en Kaysersberg, un pequeño pueblo ubicado en el norte de Francia. Durante las últimas dos décadas se consagró en todo el mundo gracias a sus libros y programas televisivos donde mostraba la cultura culinaria de los países a los cuales viajaba de una manera original y sin prejuicios. “Su amor por las grandes aventuras, los nuevos amigos, la comida gourmet y las historias llamativas lo hacía un narrador único”, explicaron en un escrito los directores del show.
Quien también emitió un comunicado para referirse a lo sucedido fue su novia, la directora y actriz italiana Asia Argento. “Daba todo de sí en lo que hacía. Su espíritu brillante e intrépido ha inspirado a muchos y su generosidad no conocía límites. Era mi amor y mi protector. Estoy devastada y mis pensamientos están junto a su familia por la que pido respeto y privacidad”, escribió. Asia fue una de las primeras en denunciar las violaciones y abusos de Harvey Weinstein y, según explicaron desde el entorno de la pareja, Bourdain la ayudó e impulsó a contar su historia y denunciar al productor.
Colegas argentinos. Algunos chefs argentinos contactados por PERFIL hablaron sobre Bourdain. “Cambió cómo el mundo veía la comida, la cocina y el comer. Todos se animaban más a probar cosas, miraban a la gente que trabaja en la gastronomía de otra manera y gracias a él hasta los cocineros empezaron a ver a sus equipos de forma diferente. Su forma de escribir era irreverente, cero hipócrita y frontal. Era una mezcla de Lou Reed e Iggy Pop. Para mí el único cocinero rockstar, si hay alguno, era él”, dijo Narda Lepes.
Por su parte, Soledad Nardelli recordó el día que grabaron juntos para su programa: “Era una persona muy vivida, culta, curiosa y aventurera. En todo momento quería difundir esos aspectos al resto. Abrió caminos e inspiró a muchos mostrando conceptos diferentes de este mundo”. Además, agregó que Bourdain “puso al desnudo al cocinero y al oficio. Mostró cómo vivimos el día a día, con lo bueno y lo malo, reflejando la realidad en serio sin enmascararla. Además, como conductor fue original: enseñó a viajar, fue un gran narrador y creo que fue el primero en divulgar cómo viaja un cocinero y qué cosas le interesan en esas travesías”.
Por su parte, Martín Pittaluga coincidió en rememorar su capacidad para explicar e informar. “Desde mi punto de vista, el mejor comunicador de nuestro mundo ya que captaba siempre dónde estaba lo sensible y verdadero. En sus viajes y entrevistas humanizó e hizo conocer el mundo de los restaurantes populares en sentido de pueblo”, señaló el chef de La Huella. “Y además era irónico, anárquico, reacio a las modas y un militante, en todo sentido, de la comida callejera y canalla. Me impactó la noticia, lo vamos a extrañar”, finalizó Pittaluga.
Su legado en libros. Por último, el también famoso cocinero Fernando Trocca optó por hablar sobre la literatura de Anthony Bourdain. “Era un amante de lo que hacía y logró trascender de la cocina para convertirse en escritor. Todos los que hemos leído su libro Confesiones de un chef nos sentimos totalmente identificados con lo que él relató allí”, explicó.
Sin embargo, también dijo que sus programas televisivos fueron de gran ayuda para la industria gastronómica. “Con su programa de televisión revolucionó todos los shows donde la cocina es el eje. De alguna manera hizo que viajara mucha gente y que conociera otras culturas, cocinas y cocineros. Se podía sentar en la mesa de los mejores restaurantes o en la Costanera Sur a comer un choripán”, dijo Trocca, recordando que eso hizo Bourdain cuando estuvo en Buenos Aires.