El regreso de Fito Páez al estadio Vélez fue un evento histórico para el rock argentino, y el primer show completamente vendido dejó a unas 35 mil personas asombradas y extasiadas por ver al ídolo celebrando los 30 años de una de sus grandes obras. Además de interpretar las canciones icónicas de su disco "El Amor después del Amor", también deleitó a la audiencia con muchos otros éxitos de su repertorio.
Pero no solo la música fue el centro de atención de la noche: Pablo Ramírez, con su excepcional talento como diseñador, hizo que el atuendo de Fito Páez fuera el centro de todas las miradas, convirtiendo la presentación en una experiencia visual impresionante. La combinación de la música y la moda hicieron que la noche fuera realmente mágica.
Apasionado y 30 años después, el diseñador se volvió a reencontrar con el músico, pero esta vez los dos desde otra perspectiva y en un lugar particular. El atelier de Pablo Ramírez en Santa Fe y Uriburu, lo volvió a unir, pero con un plus emocional, fue el lugar donde Fito Páez grabo su primer disco "Giros" y casualmente hoy es el lugar del reconocido modisto.
"Volverlo a vestir fue mágico. Yo con Fito tengo una familiaridad. Él siempre me dijo hace lo que quieras, pero vestime como obispo de color violeta", comenzó diciendo el diseñador, mientras recordaba como nació la idea del abrigo que dejo impactado a todo el Vélez. La historia de la pieza central del vestuario del rosarino se dio en 1999 cuando visito a Pablo Ramírez, para que lo vista en un concierto, y allí él se enamoró de un atuendo muy similar, con grandes mangas, un cuello pronunciado y confeccionado íntegramente de denim, que pertenecía a la primera colección del modisto. "Él vino ese día, y nos conocimos, se probó y quedo fascinado. Sin embargo, no lo uso. Pero ahora, me acordé de ello y fue la oportunidad perfecta para que lo use".
Ahora, después varias semanas trabajando en el diseño, este sábado ante miles de personas, el cantante lucio una pieza con íntegro ADN de Pablo Ramírez. "Verlo a él en el Vélez, me hizo sentirme bien conmigo. En el concierto lo lucio, lo movió como un director de orquesta, como lo que és", reza el artista textil, mientras recuerda como fue trabajar con el rosarino un par de semana antes.
En cuanto a la confección del vestuario de Fito Páez, Pablo Ramírez y su equipo optaron por trabajar con géneros como el crepé de seda en las tonalidades violetas, emulando al traje de un obispo, por eso tambien los detalles en el cuello mao. Además, el equipo del modisto forró el abrigo con el mismo género pero en las tonalidades del negro azabache. "El abrigo subrayaba lo que él ya hace", sentencio el diseñador con seriedad y seguro de lo que construyeron juntos.
Describiendo cada detalle, Pablo Ramírez se detiene y piensa sobre como fue trabajar con el músico en este momento de celebración. "La verdad que es una persona tan amorosa, tan humilde. Yo estoy con él y siento que estoy una famileriada, no llego a dimensionar su estelaridadad".
Pablo Ramírez, el hombre detrás de dos atuendos históricos: Cerati en el Colón y Páez en el Vélez
Verlo entrar a Fito Páez con los primeros acordes de "El amor después del amor" fue inevitable no pensar en Gustavo Cerati, en el Colon, cuando se presentó con la sinfónica. Sin embargo, el factor denominador entre ambos músicos, fue el atuendo creado por Pablo Ramírez.
"Con Gustavo, estuvo inspirado en mi colección "Patria". En esa ocasión, sentí que tenía que protegerla con mi diseño, ya que él se presentaba solo en el imponente Teatro Colon con una gran sinfónica. Si bien siento que los artistas no tienen nada que ver entre sí, al fin y al cabo es mi ojo el que los mantiene unidos en común", se animó a decir el diseñador.
Recordado aquella situación histórica para la música argentina, Pablo Ramírez confesó que fue una de sus obras maestras, que causo un gran revuelo interno en él. "Fue una sensación muy fuerte lo que vi cuando vi a Gustavo, ver mi trabajo en el Colon, fue algo que me desbordo. Y ayer, cuando lo vi a Fito en el Vélez, me sentí bien conmigo. Siento que mi trabajo era correcto y que mi pieza acompañaba a sus ganas de ser el director de orquesta con sus manos y movimientos".