PROTAGONISTAS
una amistad que nació en redes

El streamer argentino detrás del fenómeno Hasbulla

Luquitas Rodríguez tiene 30 años y es uno de los streamers más famosos del momento. Su interés por Hasbulla, el particular streamer ruso de 20 años, contagió a los seguidores de Luquitas, antes de su llegada a la Argentina. Finalmente, fue su partenaire en el Gran Rex, donde Hasbulla dio un show a sala llena.

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Luz, cámara, a escena. En el camarín del Gran Rex, Luquitas Rodríguez y Hasbulla; minutos después, juntos en el escenario. | instagram l.r/h.group

El trabajo de Luquitas Rodríguez consiste casi exclusivamente en entender lo que a la gente le puede llegar a divertir. Pero esta forma de entretenimiento es, ante todo, digital. No se trata de un conductor de televisión. Lo suyo, ser streamer, es algo que en apariencia es más sencillo, pero que presenta al mismo tiempo una complejidad: Luquitas está solo ante la cámara. 

Bueno, solo no: cuando la prende, una importante fracción de la comunidad de 130 mil fanáticos que lo siguen en todas sus locuras y ocurrencias empieza a chatear desenfrenadamente. Luquitas observa, lee y se ríe con algún comentario que le gusta. Así, de manera interactiva, Luquitas construye contenido dialogado, sustentado en sus observaciones espontáneas. De esa dinámica surgieron sus comentarios virales sobre fútbol, una de sus mayores pasiones.

Quizá los principales hits son la llamada “Teoría”, que asevera que los jugadores de fútbol colombianos juegan sin contexto; y el apodo de Lionel Messi “Ankara”, basado en una narración del gol a Getafe en la que un relator reiteró muchas veces la fórmula “encara Messi”. Eso decantó en el anagrama. Con esas ocurrencias, Luquitas fue armando un sistema y fue generando expectativa y confianza en sus seguidores.

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Luquitas Rodríguez sobre el show de Hasbulla: "No sé bien de qué consta"

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Y cuando comenzó a volverse viral Hasbulla Magomédov, un streamer de 20 años, nacido en Makha-chkala, capital de la república rusa de Daguestán, que en las redes sociales se volvió un furor, las réplicas con Luquitas fueron inmediatas. El culto al ruso nacido en 2002, que padece una forma de enanismo, que le causa una apariencia infantil y una voz aguda, fue escalando paso a paso hasta derivar en un show en el Gran Rex con localidades agotadas. Y con primeras filas vendidas en 18 mil pesos. 

Hace unos meses, Luquitas entrevistó a Hasbulla en una transmisión mediada por un intérprete. Pasada una media hora que funcionó de previa al esperado encuentro, Hasbulla se conectó y respondió con desparpajo a las preguntas del streamer. Ante una pregunta sobre fútbol, un posible puente entre ambas estrellas de internet, el ruso aseveró que conocía a Benzemá, pero les restó importancia a Messi e, incluso, a Maradona. Pero nada de eso importó. 

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Una mezcla de ternura y de frontalidad hacía que la charla fluyera y despertara, al menos en Luquitas y su comunidad, un interés genuino. Hablaron de familia, religión y hasta de un mono que tiene de mascota, y pareció empezar a construirse un vínculo que se afianzó la pasada noche del 7 de noviembre. Al terminar el espectáculo en el Gran Rex, Luquitas prendió su stream y reflexionó sobre lo logrado a base de sus locuras: “Todo fluyó. El año pasado había sido mi mejor año en términos de laburo. Y la verdad que este  2022 lo superé”.

Inesperado

Lo cierto es que Luquitas Rodríguez no estuvo involucrado directamente en la visita de Hasbulla, pero cuando se pensó en un presentador que condujera el show, su nombre surgió como primera opción. Su entusiasmo y la constancia con la que comunicó su admiración por el streamer eran los indicadores para potenciar ese show en el que los espectadores no sabían con qué se iban a encontrar.

Y lo que sí hubo, en un punto, fue un choque cultural entre dos “entretenedores”. El desfile de Hasbulla por los medios de comunicación lo pintó fielmente. El carisma que Luquitas suele destacar, dicho personaje expresó a veces con displicencia, y otras primero con desconfianza y luego con desparpajo.