El jueves por la tarde, efectivos de la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal allanaron la oficina que el marido de Valeria Mazza, Alejandro Gravier, tiene en Piedras al 100 en busca de documentos relacionados a la venta de un terreno que luego fue destinado a un proyecto inmobiliario que finalmente nunca se concretó. El empresario, que esa misma tarde viajó a Europa por trabajo, se mostró sorprendido por la situación e inmediatamente envió un comunicado para desligarse de cualquier delito.
“Soy accionista minoritario de una sociedad propietaria de un terreno, el cual fue vendido hace varios años. Dicho terreno fue comprado por un conocido desarrollador (N. de R.: una empresa llamada Forcadell Badino), quien comenzó a vender departamentos de un complejo habitacional bajo la figura de fideicomiso inmobiliario. Los primeros compradores denunciaron haber sido estafados por esa compañía e iniciaron juicio. No tengo ni tuve ninguna vinculación comercial entre el desarrollador y los denunciantes”, explicó Gravier en un comunicado y aclaró que puso a disposición de la Justicia todos los elementos necesarios para acreditar su inocencia. Y sumó: “Iniciaré acciones penales y comerciales contra quienes me involucraron injustamente en este proceso para utilizar a la Justicia Penal como herramienta de presión en mi contra y dejar a salvo mi buen nombre y honor”.
El abogado de Gravier, Rafael Cúneo Libarona, también habló al respecto una vez terminado el allanamiento: “El desarrollador inmobiliario le compra a una empresa el terreno donde se desarrolló todo este trabajo. Esa otra compañía está integrada por varias personas, una de las cuales es Alejandro Gravier. El juzgado, con buen criterio, nos vino a pedir una documentación relacionada con esa operación y nosotros se la entregamos. Lo que se llevaron es una documentación vinculada a un terreno. Estamos totalmente tranquilos”.