Fiestas sexuales en una villa de lujo y otros sórdidos escándalos de Luis Rubiales
El jefe de la Federación Española de Fútbol, en el medio una polémica por el beso que le dio a Jennifer Hermoso, tiene un largo historial de polémicas: fue acusado de organizar orgías pagadas con fondos empresariales, comentarios inapropiados a empleadas y más.
Luis Rubiales |
AFP
La prensa europea publicó este martes fotos de la mansión del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, donde el ahora asediado dirigente futbolístico habría celebrado "fiestas sexuales" con otros delegados de la FEF y muchas chicas en la localidad de Granada.
Se trata de la lujosa "Villa Luxury Paradise", ubicada frente al mar en las colinas del exclusivo barrio de Salobreña, destinada al uso exclusivo del dirigente ahora señalado por haber besado a la futbolista Jennifer Hermoso sin su consentimiento tras la final del Mundial Femenino de Australia.
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Una vecina dijo que la villa en la costa mediterránea del país era propiedad de una empresaria italiana y que durante los confinamientos por la pandemia había ruidos "molestos". "Pero no llamamos a la policía porque ese no es el tipo de vecinos que somos", aclaró.
Según otros vecinos, "el ruido era una locura" cuando Rubiales celebraba fiestas con amigos que duraban hasta las 6 de la mañana.
"Recuerdo que cuando él estaba aquí, el ruido era una locura", dijo un vecino. "Boom, boom, boom hasta la madrugada, había mucha música, bebida y muchas chicas. Podía oírlos a todos reír y divertirse hasta las cinco o seis de la mañana. Estuvieron aquí un par de días".
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El tío de Luis, Juan Rubiales, sin embargo, dijo ante un juzgado que la misión servía para "hacerle la vida fácil al presidente, lo que implicaba organizar y coordinar viajes, agenda, relaciones institucionales y organización de la junta directiva, etc."
El ex responsable de prensa de la RFEF afirmó que el alquiler de la villa granadina era "únicamente para el disfrute de él (Luis) y su equipo más cercano, pagando los gastos con tarjetas empresariales de la RFEF".
En la audiencia se supo que Rubiales organizó fiestas sexuales con mujeres llevadas por su amigo Francisco Javier Martín Alcaide, exfutbolista y propietario de un hotel en la zona.
"Un grupo de ocho o 10 chicas jóvenes fueron invitadas por el amigo del Presidente y exjugador Nene" asistieron a las "orgías" con el pretexto de un "evento de trabajo", con los honorarios "pagados" por la federación de fútbol, dijo Juan Rubiales.
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Rubiales negó las acusaciones, insistiendo en que la impresionante villa fue utilizada para albergar una reunión de trabajo y que simplemente había habido "una barbacoa y una paella con personas de diferentes géneros".
"Parece que ahora no se puede tener gente de diferentes sexos tomando una copa y una paella juntos, que es lo que hicimos", se quejó Rubiales mientras otras personas que estaban al tanto de las fiestas insistieron en que las chicas "no eran prostitutas", según el diario El País.
En venganza por su declaración, Rubiales despidió a su tío de su cargo como jefe de gabinete de la sede de la FA Madrid.
El controvertido dirigente, a quien varias mujeres acusaron de misoginia y acoso sexual, se enfrenta a pedidos de dimisión después de que tomó la cabeza de la jugadora estrella de la selección femenina y la besó con fuerza después de que España venciera a Inglaterra por 1-0 en la final del domingo en Australia.
La directora de marketing de la Asociación de Futbolistas (AF) de España, Tamara Ramos, describió un ambiente laboral difícil y agresivo, donde se vio sometida a tratos inaceptables mientras desempeñaba sus funciones, y afirmó la semana pasada que Rubiales le preguntó qué color de ropa interior usaba mientras estaba en la asociación, antes de que él se fuera en 2017.
"Al principio teníamos buena relación porque él se mostraba como muy víctima, a mí me daba hasta pena", contó a Europa Press. "Todo el mundo tenía la culpa, todo el mundo iba a fastidiarle supuestamente y yo de verdad que al principio teníamos buena relación, pero ya luego... Sí, sobre todo empezó cuando me quedé embarazada. Las mayores vejaciones las sufrí durante mis embarazos".
Nacido hace 46 años en las Islas Canarias de España pero criado en Motril, Rubiales jugó para varios equipos de divisiones inferiores antes de terminar su carrera futbolística en 2009 en el Hamilton Academical de Escocia.
"Era un defensa moderno, muy fuerte físicamente. Le gustaba atacar. Siempre fue un modelo de entrega y lealtad con todos", dijo alguna vez el ex entrenador del Levante Manolo Preciado sobre Rubiales, que jugó en el conjunto valenciano entre 2003 y 2010 . 2008.
En Levante, Rubiales lideró una revuelta de jugadores contra los salarios impagos, posiblemente heredando el gusto por la vida pública de su padre, quien fue alcalde socialista de Motril a mediados de los años 1990.
El equipo se declaró en huelga y los jugadores finalmente cobraron sus salarios, un éxito que probablemente lo animó a luchar por sus colegas en el sindicato de futbolistas españoles AFE, que dirigió entre 2010 y 2017.
Bajo su dirección, la AFE convocó dos huelgas de jugadores nacionales –en 2011 y 2015– y supervisó la creación de un fondo para cubrir los salarios impagos. También convenció a La Liga para que aceptara pagar a la AFE un porcentaje de sus derechos de retransmisión televisiva.
Sus primeros enfrentamientos con el presidente de La Liga, Javier Tebas, comenzaron durante este tiempo y continuaron cuando Rubiales fue elegido presidente de la federación de fútbol en 2018. Tebas dijo una vez que sentía que Rubiales "no estaba calificado" para el puesto.
Rubiales derrotó a Juan Luis Larrea, ex tesorero y jefe interino de la RFEF, en las elecciones para convertirse en presidente y, después de ser elegido, despidió sorpresivamente al seleccionador nacional masculino de España, Julen Lopetegui, apenas dos días antes del inicio del Mundial 2018.
Reelegido presidente de la federación en 2020, Rubiales enfureció a los tradicionalistas del fútbol español al ampliar la Supercopa de España entre los campeones de la liga y los ganadores de la Copa del Rey a un formato de cuatro equipos.
En 2022, los medios españoles publicaron grabaciones de audio filtradas de 2019 que sugerían que una empresa llamada Kosmos, propiedad de Gerard Piqué, pedía millones de euros en comisiones por el acuerdo para trasladar la Supercopa a Arabia Saudita, país acusado de abusos contra los DDHH.
Alegando que se trataba de una campaña para difamarlo, Rubiales afirmó que la filtración fue un "acto mafioso". Sin especificar a quién se refería, sugirió: "No puedo garantizar que algún día pondrán una bolsa de cocaína en el maletero de mi coche".
Rubiales calificó las acusaciones de "falsedades" y dijo estar "extremadamente enojado por que me hayan robado información ilegalmente de mi móvil".
A finales de 2022, 15 jugadores publicaron una carta abierta a la federación quejándose del comportamiento de los jefes de la RFEF, citando actitudes hacia su "bienestar físico y emocional".
Rubiales insinuó que las jugadoras que se quejaron estaban "chantajeando" a la federación y dijo que las mujeres deberían "pedir perdón".
El beso de la sentencia
El terremoto por el caso del beso forzado de Luis Rubiales, visto como el 'MeToo' del fútbol español, demuestra, según expertos, que el machismo ya no tiene cabida en este país, un referente en materia de feminismo.
Rubiales, quien creció en Motril, fue suspendido por la FIFA el sábado "de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional" por 90 días mientras "se tramita el procedimiento disciplinario" abierto en su contra por el beso a Hermoso.
Ese beso de Rubiales en la boca de la jugadora de la selección femenina española en la entrega de medallas del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, ganado por España, suscitó un sinfín de críticas y reacciones de condena nacionales e internacionales.
Poco después de la difusión del beso, Hermoso afirmó, refiriéndose a lo sucedido, a través de un directo de Instagram: "¡No me ha gustado, eh!".
Poco después, un comunicado de la RFEF citaba a la jugadora quien, según el texto, dijo que se trató de un "gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial".
Pero el viernes, la futbolista afirmó que se sintió "vulnerable y víctima de una agresión" cuando recibió el beso de Rubiales, y que a su juicio se trató de "un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte".
Ese mismo viernes, Rubiales rechazó dimitir ante la asamblea general extraordinaria de la RFEF, donde consideró que el beso en el centro de la polémica fue "consentido".
"¿Un pico consentido es para sacarme de aquí?", preguntó el presidente de la Federación incrédulo ante el escándalo desencadenado por el beso que le plantó en la boca a la jugadora Jenni Hermoso durante las celebraciones por el triunfo de España en el Mundial, el 20 de agosto en Sídney.
Negándose a dimitir pese a la catarata de críticas y pedidos para que se apartara del cargo, Rubiales atacó el "falso feminismo" y dijo estar dando "una lección de vida" a sus tres hijas presentes en el público, en un discurso aplaudido por un auditorio compuesto en su mayoría por hombres.
El escándalo, convertido en asunto de Estado, "muestra la línea generacional y cultural entre profundas tradiciones de machismo y el progresismo más reciente que ha puesto a España a la vanguardia europea en cuestiones de feminismo e igualdad", escribió el New York Times, uno de los varios medios internacionales que cubrieron del asunto.
El lunes, centenares de mujeres se manifestaron en el centro de Madrid al grito de "no es un pico, es una agresión" y la fiscalía abrió una investigación preliminar contra Rubiales por un "presunto delito de agresión sexual".
Rubiales es un "machista de siempre", subrayó Marina Subirats, ex directora del Instituto de la Mujer, con un "vocabulario y un gesto como el tocarse los huevos (genitales)" en el palco al lado de la reina Letizia durante la final del Mundial.
"Se acabó cualquier discriminación a las mujeres", zanjó este martes en rueda de prensa el ministro de Deporte, Miquel Iceta, quien saludó "una verdadera reacción social y deportiva que va a hacer de este país un país todavía mejor".
El mismo día, la madre de Rubiales, Ángeles Béjar, comenzó una huelga de hambre dentro de la iglesia de la Divina Pastora en la ciudad de Motril, Andalucía, y dijo que no comerá hasta que Hermoso "diga la verdad".
"Su madre, que es una persona muy creyente, se ha refugiado en Dios, se ha puesto en huelga de hambre" y "no quiere salir de la iglesia", dijo un familiar, quien denunció una campaña de "acoso y derribo" contra Rubiales.
