El príncipe Gabriel de Bélgica, quien es el hijo de los reyes Felipe y Matilde, recién celebró su vigésimo cumpleaños durante este último fin de semana. Actualmente, se encuentra estudiando en la prestigiosa Real Academia Militar de Bélgica. El mes pasado, llamó la atención por su participación en el desfile nacional que recorrió las calles del país, acompañado por su hermana mayor, la princesa Elisabeth, quien está destinada a convertirse en reina en el futuro.
A pesar de su juventud, Gabriel demostró ser atlético, encantador y tener fluidez en tres idiomas. Esto lo llevó a destacar como uno de los miembros de la realeza más interesantes y buscados a nivel mundial.
Quién es Gabriel de Bélgica
Nacido el 20 de agosto de 2003, el príncipe es el hijo mayor y el segundo de los cuatro descendientes de los reyes Felipe y Matilde de Bélgica. Además de Gabriel, la pareja real tiene un hijo menor, el príncipe Emmanuel, de 17 años, y una hija menor llamada Eléonore, de 15 años. Por supuesto, también cuentan con una hija mayor, Elisabeth, quien ostenta el título de duquesa de Brabante.
Felipe y Matilde optaron por el nombre de Gabriel Baoudoin Charles Marie. La elección del primer nombre provino del gusto de los padres, mientras que los tres siguientes cargan con significados especiales. Baoudoin, también conocido como Balduino en español, rinde homenaje al tío del actual rey, quien desempeñó el papel de un segundo padre para Felipe. Su vínculo era tan íntimo que, al no poder concebir descendencia con la española Fabiola, el rey Balduino había considerado originalmente designar a su sobrino como heredero. Sin embargo, su inesperado fallecimiento en España alteraron los planes, resultando en la sucesión de su hermano Alberto al trono.
El segundo nombre, Charles, se escogió en honor al hermano de Matilde, Charles-Henri d'Udekem d'Acoz. En cuanto al nombre Marie, este es una tradición dentro de la familia y se otorga en reverencia a la Virgen María.
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Es importante resaltar, que el joven, de 20 años, ocupa la segunda posición en la línea de sucesión, inmediatamente después de su hermana mayor. La familia real belga reformó el sistema de primogenitura en 1991, permitiendo que las hijas herederas ascendieran al trono por delante de sus hermanos menores.
Su alteza real recibió sacramento del bautismo en el impresionante castillo de Ciergnon, una destacada morada de verano para la familia real belga. En ese momento, su tío materno, el conde Charles-Henri d'Udekem d'Acoz, y su prima segunda paterna, la baronesa Maria Cristina von Freyberg-Eisenberg, fungieron como sus padrinos. El rey Felipe, al referirse a su primogénito, expresó en su momento que habían seleccionado el nombre Gabriel debido a su belleza, concisión y poder, y también para honrar a los antepasados de ambas vertientes familiares, además de alinearse con la fe católica que profesa la familia.
El príncipe Gabriel pasó su infancia en el palacio real de Laeken, que constituye la principal residencia de la familia real belga. Su educación temprana se desarrolló en una escuela de habla neerlandesa en Bruselas, y posteriormente culminó su educación secundaria en un instituto privado donde las lecciones se impartían en inglés. Además, participó en un programa preparatorio de un año en The National Mathematics and Science College, ubicado en Warwickshire, Reino Unido.
Desde temprana edad, la pasión de Gabriel por el deporte, especialmente el hockey, fue evidente. El príncipe incursionó en el campo como defensor en su equipo, el Royal Evere White Star Hockey Club. Sin embargo, hacia finales de 2019, optó por poner un alto a su participación, ya que deseaba enfocarse completamente en sus estudios de bachillerato.
En agosto del año 2022, hace un año, se anunció oficialmente desde el palacio que el príncipe Gabriel había tomado la decisión de enrolarse en la Real Academia Militar de Bélgica, donde se presume que está siguiendo estudios relacionados con las ciencias sociales y militares. Al igual que su hermana Elisabeth, quien está destinada a ser futura reina de Bélgica, Gabriel también participó en un curso de formación al comienzo de este verano. Fotografías del campamento recientemente compartidas retratan a Elisabeth y a Gabriel llevando a cabo ejercicios con uniformes de camuflaje.
"Durante la duración de este campamento, los estudiantes tuvieron que salir de su zona de confort y aprender a traspasar sus propios límites. Las actividades abarcaron desde carreras de obstáculos hasta lecciones de camuflaje y prácticas de tiro, sin dejar de lado actividades deportivas. Este programa reforzó el compañerismo entre los estudiantes, ya que los ejercicios se llevaron a cabo en conjunto y en un entorno desconocido para ellos", señalaron fuentes oficiales del palacio. Aunque la princesa Elisabeth ya había participado previamente en uno de estos campamentos, para Gabriel esta experiencia marcó su primera vez.
Dominando los idiomas neerlandés, francés e inglés con fluidez, Gabriel ha acompañado a sus padres en numerosas apariciones públicas y siempre se presenta con gran elegancia en las celebraciones anuales del Día Nacional de Bélgica, una de las fechas más destacadas en el calendario de la casa real belga. El presente año reviste un significado especial, ya que tanto Gabriel como Elisabeth se unieron a sus compañeros de la Real Academia Militar para desfilar por las calles de Bélgica, bajo las atentas y orgullosas miradas de los reyes.
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Una ley que impide un posible romance con Amalia de Holanda
Dentro de la Constitución belga de 1831 se incorpora una disposición que prohíbe explícitamente los enlaces matrimoniales entre miembros de la familia real belga y sus pares de la familia real holandesa. Esta regla no es un capricho ni una animadversión hacia los Orange, al menos en la contemporaneidad. Tras la Revolución belga de 1830, la cual otorgó la independencia del país respecto a los Países Bajos, se estableció esta norma con el objetivo de evitar la posibilidad de que un individuo de origen holandés asumiera nuevamente el trono belga. A pesar de los intentos en varias ocasiones a lo largo de estos dos siglos para revocarla, la ley permanece en vigencia.
Es cierto que el poder político de ambas casas reales no es equiparable al que ostentaban hace dos siglos. Por lo tanto, en una eventualidad hipotética en la que Amalia de Holanda, o alguna de sus hermanas, y Gabriel desarrollaran sentimientos románticos, existe una alta probabilidad de que esta norma se sometiera a revisión y cuestionamiento.
JCCL
