El jurado encargado del juicio por tráfico sexual contra el productor y cantante Sean “Diddy” Combs llegó a un veredicto parcial este martes 1 de julio, pero no consiguió ponerse de acuerdo sobre el cargo por “asociación ilícita”, el más grave que enfrenta el rapero, y el juez decidió seguir con las deliberaciones.
“Hemos llegado a un veredicto sobre los cargos 2, 3, 4 y 5. No podemos llegar a un veredicto sobre el cargo 1 debido a que tenemos jurados con opiniones difíciles de conciliar”, dice la nota que el jurado le dio al juez Arun Subramanian, sin aclarar si su veredicto es de inocencia o culpabilidad. Frente a esa situación, el magistrado les ordenó seguir deliberando, pero dio por terminada la jornada hasta el próximo miércoles.
El cargo 1 es el de asociación ilícita, y señala al músico como el jefe de una organización criminal que forzaba a mujeres a tener largas sesiones sexuales con trabajadores sexuales, en muchas ocasiones, con él mirando, filmando y dando órdenes sobre cómo debían comportarse. La pena máxima por este delito es cadena perpetua.
Combs además enfrenta dos cargos por tráfico sexual y dos cargos por transporte con fines de prostitución.
La ex pareja de Sean "Diddy" Combs declaró sobre violencia, abusos del rapero y drogas
El artista, que se hizo famoso por su trabajo como productor y por su romance con Jennifer López (que incluyó un tiroteo en un club nocturno de Nueva York que dejó a 3 personas heridas), comenzó a caer en desgracia cuando la cantante Casandra “Cassie” Ventura, su pareja durante 11 años, lo demandó por agresión sexual y violación.
Aunque el caso se resolvió fuera de los tribunales por 20 millones de dólares, la situación tuvo un gran impacto público, generando demandas civiles contra Combs y, luego, cargos penales. El juicio contra el músico, que se extendió por casi dos meses, incluyó el testimonio de 34 personas, incluyendo exparejas, exempleados, trabajadores sexuales masculinos y agentes federales.
Un elemento básico de la acusación es que el productor era la cabeza de una organización criminal cuyo objetivo era “satisfacer sus necesidades”, y ejercía ese poder a través de delitos como distribución de drogas, soborno, trabajos forzados, secuestro, incendios provocados y manipulación de testigos. El abogado defensor Marc Agnifilo remarcó que ninguna de estos individuos testificó contra Combs ni fue nombrado su cómplice.
Para poder condenar al productor por asociación ilícita, el jurado debe determinar que la fiscalía probó, “más allá de toda duda razonable”, que planificó con personas de su organización "al menos" dos de los ocho delitos que integran la acusación de crimen organizado.
Las denuncias contra Combs
El productor está acusado de tráfico sexual por dos personas: Cassie Ventura y una mujer que testificó usando el seudónimo de "Jane", con quien el músico mantuvo una relación entre 2021 y 2024.
El jurado también solicitó revisar el testimonio de Daniel Phillip, un stripper masculino que dijo haber tenido relaciones íntimas con Ventura mientras el productor los observaba, dirigía y filmaba. El hombre incluso habló de un episodio en el hotel Essex donde escuchó gritos y golpes provenientes de una habitación durante una de estas sesiones.
Los abogados de Combs aceptaron que, “a veces”, éste agredía a sus parejas, pero señalaron que la violencia de género no puede considerarse tráfico sexual ni crimen organizado.
Agnifilo además cuestionó a los fiscales por mostrar al productor como un hombre dominante y violento, que generaba tensión y miedo a su alrededor, y lo definió como un “empresario negro autodidacta y exitoso”, que tuvo relaciones “complicadas pero consensuadas” con todas sus parejas.
La defensa del artista atacó los relatos de Ventura y Jane, diciendo que eran mujeres mayores de edad que habían tomado sus decisiones sentimentales con libertad. Los fiscales no aceptaron esta versión de los hechos, y replicaron que esa era una "tergiversación de los hechos”.
La fiscal Maurene Comey le dijo al jurado que, cuando el productor cometió sus delitos más graves, “había sobrepasado tanto el límite que ni siquiera podía verlo. En su mente era intocable”. Y agregó: “El acusado nunca pensó que las mujeres a las que abusó tendrían el valor de decir en voz alta lo que les había hecho. Eso se acaba en este tribunal. El acusado no es un dios”.
Combs se declaró inocente de los cargos y decidió no dar su testimonio. El ministerio público le pidió al juez que aplique la “Allen charge”, una instrucción enérgica para presionar al jurado con el fin de lograr un veredicto unánime, pero la defensa se opone a esta medida.
HM/ML
