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HABLA SU MANO DERECHA

Karcher: “El Papa está encantado con el WhatsApp”

El encargado de ceremonial del Vaticano dice que Francisco no deja de sorprender.

Monseñor Guillermo Karcher.
| Cedoc

Son pocos los que tienen el celular del representante más importante de Dios sobre la Tierra. El no sólo sabe el número sino que también, muchas veces, le maneja el aparato. En el último tiempo, Francisco se ha hecho adepto a los mensajes de audio. Sí, el Papa usa WhatsApp. “Lo hace para incrementar sus comunicaciones. ¡Y ahora se manifestó maravillado con los mensajes de voz!”.

El que habla es monseñor Guillermo Karcher, el encargado de ceremonial del Vaticano. Los desafíos de este religioso especialista en las “buenas formas” parecen ser múltiples. Sobre todo teniendo en cuenta que el papa argentino no es de seguir al pie de la letra las leyes protocolares del Vaticano. “Es muy lindo vivir esa espontaneidad que tiene. El se mueve así, no le importa la forma sino el contenido, poder estar en contacto con la gente”, dice a PERFIL.

Karcher no estará presente hoy en la jornada durante la cual el Papa mantendrá una reunión con Cristina Kirchner. “Será a agenda abierta, como suele ser este tipo de reuniones entre dos figuras como el Papa y un presidente”, comenta midiendo sus palabras. Y agrega: “Le preocupan los problemas de la gente común. El es el papa del pueblo. Está atento a la gobernabilidad del país y está preocupado por la economía mundial. Está siempre informado de todo”.

—¿Cómo lo ve de salud?
—Lo vi bien durante el verano. Algunos lo veían un poco cansado. Es algo natural, la persona que trabaja se cansa. Y él trabaja mucho. Tiene 78 años.

—Atender los asuntos protocolares de este papa no parece tarea sencilla. ¿Francisco lo hace transpirar mucho?
—Ya no tanto (risas). Es indudable que ha desacartonado la figura protocolar. En el Vaticano ya se han acostumbrado. Su origen latinoamericano lo diferencia de los anteriores papas europeos. Es muy enriquecedor que suceda esto.

—¿Nadie se queja?
—No, para nada. Aún se lo está descubriendo.

—¿Qué cosas hace para distenderse?
—Es un papa muy activo (piensa). Reza mucho. De 5 a 7 de la mañana tiene su momento de oración personal. No mira televisión, le gustan cds de tango y ópera. que le regalan.

—¿Suele proponerle conceptos para su cuenta de Twitter?
—Se le presentan las frases y él las aprueba. Hace un comentario como: “Por ahí podemos ponerlo así”.

—¿Sigue usando sus zapatos negros?
—Sí... dice que está cómodo con esos (risas).

—¿Qué cosas extraña de Argentina?
—La carne (ríe). Fuera de broma, él come lo que hay. Le gustan las pastas de allá. No extraña mucho porque los argentinos están muy presentes en Roma.

—¿Cómo vivió el reciente accidente fatal que tuvo su sobrino y la familia?
Fue duro, además coincidió con la visita de San Lorenzo.

—Se le cuestionó que no suspendiera ese encuentro. ¿A usted qué le parece?
—Me pareció grandioso. En la vida a uno las cosas se le presentan todas juntas.

—¿Qué recuerdo tiene de aquella noche en la que salió a sostenerle el micrófono por primera vez?
—Me temblaba la mano. Tenía temor de que se equivocara en algo, no sabía que se podía desenvolver tan bien en el italiano.

—¿Cómo cree que será recordado?
—Como un buen tipo que dejó algo, que no tiene grandes pretensiones, que se caracterizó por decir lo que piensa y hacer lo que dice.

 

La carta de la discordia

En mayo pasado surgió una polémica por la veracidad de una carta que el Papa le había enviado a Cristina Kirchner. Guillermo Karcher resultó ser el protagonista involuntario cuando se dijo que él había afirmado que no era verdadera. “Es inútil seguir hablando de una carta. Hay géneros literarios que la gente no conoce. Una cosa es una carta y otra es un telegrama. Eso fue un telegrama de salutación por una fecha patria”, dice algo molesto por la pregunta. Cuando se le consulta si él fue quien dijo que era falsa, agrega: “No, lo que yo dije es que no era una carta sino un telegrama”.
Desde que asumió Francisco como papa, mucho se habló de la relación con la Presidenta. Incluso varios consultores políticos afirmaron que a Cristina Kirchner no le quedaba más remedio que “amigarse” con él, luego de haber mantenido ciertas diferencias y una relación tensa cuando él era arzobispo de Buenos Aires. “La relación es muy positiva, y en hora buena que las relaciones sean cordiales”, afirma Karcher a PERFIL sin entrar en mayores detalles.