De todas las historias que Meghan Markle y el príncipe Harry contaron sobre su vida como los Duques de Sussex en la entrevista con Oprah, hubo una que se destacó sobre el resto. Cuando la actriz contó que miembros de la familia real le consultaron a su esposo “qué tan oscura sería la piel” de su hijo Archie, las acusaciones de racismo no tardaron en llegar. Y ahora distintos miembros de la Corona se ven obligados a expresarse públicamente para asegurar que no hay discriminaciones entre los miembros de la corona británica.
“Los temas expuestos nos preocupan mucho, sobre todo el que se refiere a la raza”, escribió la propia reina Isabel II en un comunicado que se difundió a través de las redes del Palacio de Buckingham. “No somos para nada una familia racista”, aseguró el príncipe Guillermo, hermano de Harry, cuando la prensa lo consultó antes de que él y su esposa Kate Middleton ingresaran a un evento incluido en su agenda social. Este acto fue sumamente extraño porque el protocolo indica que no deben responder a los periodistas en esas situaciones, lo que demuestra que la entrevista de Oprah golpeó fuerte dentro de la monarquía.
Por su parte, el príncipe Carlos, padre de Harry, sí logró mantenerse en silencio cuando le preguntaron pero se lo notó muy nervioso ante la presencia de la prensa. Por lo general, la familia real suele saldar sus problemas de forma privada pero en esta ocasión la acusación de prácticas racistas dentro de Buckingham los obliga a salir de sus palacios y a dar la cara. Incluso cuando la orden de la reina fue hablar con todas las personas que viven o trabajan con ellos para evitar que haya filtraciones, no podrán hacer lo mismo con el tema racial.
Un tema político. Las acusaciones de racismo dentro de la familia real británica no solo repercutieron entre ellos, sino que también generaron muchas polémicas en la sociedad inglesa. “Este asunto podría convertirse en un hecho político. Algo similar a lo que ocurrió con la corona de Luxemburgo cuando fue obligada por los políticos a cambiar su sistema debido a las reiteradas quejas de su staff por los comportamientos de la gran duquesa María Teresa”, explicó a PERFIL el periodista holandés Rick Evers, quien se especializa en las monarquías europeas y en las próximas semanas lanzará un libro sobre la vida de la reina Máxima.
Uno de los primeros políticos en aparecer fue Boris Johnson. El primer ministro del Reino Unido explicó que no hablará en público de los asuntos de la familia real. “Hace tiempo que no lo hago y planeo seguir así”, señaló el mandatario. Sin embargo, miembros de otros partidos no opinan lo mismo y comenzaron a presionar para que la Corona sea investigada. El pedido más resonante lo realizó Keir Starmer, líder del Partido Laborista, quien expresó que este asunto debe tomarse en serio y ser investigado.
En la prensa también hubo repercusiones ya que Meghan Markle aseguró que en muchos periódicos del Reino Unido también hay racismo. La Sociedad de Editores difundió un comunicado asegurando que los dichos eran falsos pero más de 160 periodistas terminaron repudiando ese texto. Las manifestaciones en contra llevaron a que Ian Murray, director ejecutivo de la entidad, renunciara y a que los Premios a la Prensa Nacional de este año sean cancelados.
Volver a unir. El otro asunto a resolver dentro de la familia real es el propio lazo con Harry y Meghan. “Ellos y Archie siempre serán miembros muy amados de la familia real”, aseguró la reina. Mientras que Guillermo explicó que todavía no pudo hablar con su hermano pero que planea hacerlo en algún momento de los próximos días.
Esta semana en Inglaterra se generaron muchos rumores sobre cómo será la relación entre Isabel II y su nieto Harry de ahora en adelante. Desde Buckingham aseguran que ella hará todo lo posible para demostrar que busca sostener una buena relación tanto con él como con Meghan. Incluso el propio Harry contó que suele hablar por Zoom con Isabel y con su abuelo Felipe, quien recientemente tuvo una operación y se encuentra en rehabilitación, y que las charlas son divertidas y amables.
De todas formas, la familia real británica suele mantener estos temas en privado, por lo que no se esperan más comunicados de ahora en adelante. Y en ese contexto también están contentos de que esta parte de la historia no saldrá en la popular serie The Crown, la ficción que cuenta las intimidades históricas de la familia a lo largo de sus temporadas. “Meghan y Harry están en medio de su propio viaje vital. Les deseo toda la felicidad del mundo pero todos nos volvemos interesantes con el tiempo y me siento más cómodo escribiendo sobre hechos que pasaron hace al menos 20 años”, aseguró Peter Morgan, creador y guionista de la serie, en una entrevista con The Hollywood Reporter en la que explicó por qué ellos no estarán presentes en la producción.
Los escándalos previos
No es la primera vez que la familia real británica sufre escándalos que provocan crisis internas. Diana de Gales, más conocida como Lady Di, sufrió el acoso de la prensa cuando estaba casada con Carlos y ya era madre de Guillermo y Harry. Tanto a ella como a él se les atribuían amantes y con los años se supo que su salud mental sufrió mucho debido a los tratos que recibía de la prensa y de la propia Corona.
Wallis Simpson también fue foco de las críticas y su llegada a la familia real no fue para nada buena. Divorciada en dos ocasiones, su tercer marido fue Eduardo VIII, quien al anunciar su casamiento tuvo que abdicar como rey en 1936. El anuncio de la boda generó una gran polémica y dejar la monarquía era la única forma de evitar una problemática política. Su hermano menor –Jorge VI y padre de Isabel II– se hizo responsable de la Corona británica y hasta hoy se recuerda ese escándalo.