Luego de pasar varios días en Ibiza junto a su familia, Lionel Messi se quedó en la isla para asistir al casamiento de su amigo Cesc Fàbregas con la libanesa Daniella Semaan. La pareja había formalizado su compromiso en mayo pasado. En esa oportunidad, llevaron a cabo una fiesta íntima en Cliveden House, una mansión de cinco estrellas al oeste de Londres, ciudad donde viven desde que el jugador del Barcelona se unió al Chelsea F.C., equipo de la Premier League de Inglaterra.
Sin embargo, decidieron esperar al verano europeo para armar un evento más grande y con futbolistas que, como ellos, están de vacaciones. Además del argentino y su mujer, Antonella –íntima amiga de la novia–, estuvieron presentes Thierry Henry, Carles Puyol, el uruguayo Luis Suárez, Jordi Alba y otras estrellas del fútbol mundial. Todos ellos aprovecharon las vacaciones para asistir acompañados de sus hijos.
En las fotos se puede ver al rosarino muy alegre con Thiago y Mateo. Este último se destacó en las redes sociales por sus particulares poses a la hora de las fotografías y generó miles de comentarios. Lo mismo sucedió con el vestido escotado de Roccuzzo que, en lugar de elegir una marca extranjera, usó un diseño de la colección cápsula que Verónica Lozano realiza para la firma local Natalia Antolin.
Cerca de ellos, durante toda la noche, estuvieron Luis Suárez y Sofía Balbi, otra de las mejores amigas de Antonella. Ella se mostró muy elegante y dejó ver su avanzado embarazo. También asistieron sus dos hijos, que jugaron con los de Messi. Y a ellos se sumaron los cinco niños de Daniela Semaan, dos de un primer matrimonio y tres con Fábregas, que tuvieron un espacio especial junto a sus padres.
Fiel al Líbano. A lo largo de la noche, la novia exhibió varios vestidos. Todos fueron creados especialmente para la ocasión por el diseñador libanés Georges Hobeika. También utilizó diferentes joyas de una marca libanesa, destacándose una pulsera de oro blanco cuyo valor alcanza los 50 mil euros. El resto de los presentes optó por llevar trajes y vestidos de tela liviana para no sufrir el calor que, en esta época del año, se presenta en Europa con temperaturas por demás elevadas. Fiel a las firmas de su país que la vistieron, la mujer de Fàbregas utiliza su popular cuenta de Instagram para mencionar a cada una y agradecer su colaboración para que ella y su familia hayan estado como ella lo deseó.
Quien tuvo mucho trabajo debido a las condiciones climáticas fue el arquitecto de interiores Ramzi Mattar, también libanés. Reconocido por su extenso trabajo, necesitó más de 48 horas para montar las estructuras que cubrieron la propiedad con miles de flores. “Después de mucho trabajo, ya está todo listo para que esta sea una boda mágica”, escribió en sus redes sociales, donde aprovechó para subir fotos de su “puesta en escena” y, por supuesto, con Messi, Suárez y el resto de los invitados.
Relación difícil. “Tampoco es David Beckham”, expresó en 2011 el primero de los maridos de Daniela Semaan al enterarse de su relación con Fàbregas. El empresario inmobiliario Elie Taktouk nació en un pequeño pueblo del Líbano llamado Miziara.
Allí conoció a Daniella y, tras un corto noviazgo, se casaron en 1998, cuando ella apenas tenía 23. Con el tiempo él logró realizar varios proyectos exitosos y la pareja terminó mudándose a Inglaterra junto a sus dos hijos.
Una vez en el país, la joven conoció al futbolista (doce años menor que ella) en una fiesta. Fàbregas por entonces era jugador del Arsenal F.C. El amor entre ambos creció y por ese motivo decidió pedirle el divorcio a su marido. La separación fue polémica debido a la división de bienes y a la tenencia de los niños, pero finalmente se hizo y la familia vivió en paz durante los últimos siete años.
Una isla de 220 mil euros
El lugar seleccionado para la boda de Fàbregas fue la exclusiva isla Sa Ferradura, ubicada en la Bahía de San Miguel (Ibiza). Allí la única propiedad se divide en un antiguo caserón y varios jardines tropicales. Además, tiene un deck diseñado con cabina de DJ, dos barras de bebidas, seis habitaciones para ser utilizadas por los huéspedes y dos piletas. El alquiler mínimo es de cuatro noches y cuesta 220 mil euros. No es la primera vez que se utiliza para eventos exclusivos. El mes pasado, una famosa marca de champagne montó una experiencia culinaria de seis días. Hubo celebridades pero el acceso particular fue de 700 euros por persona.