Mikhail Gorbachov, el histórico reformador que protagonizó el colapso de la Unión Soviética (URSS) murió a los 91 años después de haber pasado la mayor parte de la pandemia recluido en un hospital. En el poder entre 1985 y 1991, el último líder soviético impulsó reformas para lograr la "glasnost" (apertura) y la "perestroika" (reestructuración), pero sus políticas finalmente llevaron a la desaparición de su imperio y muchos rusos hoy lo culpan de lo que el actual presidente, Vladimir Putin, calificó como "la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX".
Los años de gobierno de Gorbachov, entre 1985 y 1991, cambiaron el mundo, ya que fue en esa época cuando se acabó la carrera armamentística entre la URSS y Estados Unidos y, por ende, la Guerra Fría. Para János Zolcer, amigo de Gorbachov y autor de un libro sobre él, su legado más importante fue el espíritu de apertura y libertad que llevó al bloque soviético: "El hecho de que estemos aquí y hablemos libremente, ese es su mayor legado. Hace 30 años, prácticamente trajo la libertad a la Unión Soviética y a los pueblos de Europa del Este. Les dijo que eran soberanos. Y eso determina cómo vivimos hoy nuestras vidas".
En una entrevista dada en 2021, Gorbachov reafirmó que las reformas políticas nacionales que lanzó y sus esfuerzos para poner fin a la Guerra Fría no tenían alternativas: "Creo profundamente que la Perestroika fue necesaria y que la realizamos en la dirección adecuada", dijo entonces. "El principal logro nacional fue darle libertad al pueblo y poner fin al sistema totalitario. Y lo más importante a nivel internacional fue poner fin a la Guerra Fría y realizar recortes de armas nucleares". Agregó que le fue imposible sostener viva la Unión.
Nacido el 2 de marzo de 1931 en Privólnoye, Mikhail Sergueievich Gorbachov creció en una familia de campesinos y pasó su juventud operando una cosechadora. Después de la guerra (la familia había pasado cuatro meses bajo ocupación alemana), se graduó de la escuela secundaria con honores, estudió Derecho en Moscú y se convirtió en activista del komsomol –la organización juvenil del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)– y fue condecorado por ayudar a su padre, que operaba en la cosechadora, a reunir una cosecha récord. Más tarde, aprovecharía esa experiencia para convertirse en el ministro de Agricultura de la URSS. Esto, según él, fue "el inicio de un prolongado proceso de revisión de la historia del país".
En 1950, Gorbachov conoció a su futura esposa Raisa, quien se convertiría en su leal esposa y mejor amiga hasta su fallecimiento en 1999. "Estábamos unidos primero por nuestro matrimonio, pero también por nuestra visión común de la vida. Ambos predicamos el principio de igualdad", escribió Gorbachov en sus memorias. Ella, por su parte, dijo en una entrevista: "Tengo mucha suerte con Mikhail. Somos muy amigos, o si lo prefieres, tenemos una gran complicidad". En su actuación como elegante y franca primera dama soviética, Raisa se convertiría en el blanco de los ataques a los programas de reforma económica y política de su esposo.
La carrera política de Mikhail despegó a partir de los años 50, cuando comenzó a ganarse la lealtad de numerosos altos funcionarios del gobierno de Leonid Brezhnev, escaló posiciones hasta finalmente convertirse en el secretario general del partido comunista, A los 54 años, era relativamente joven para el cargo y su atractivo "juvenil", su apertura, educación y voluntad de mezclarse con la gente común le valieron la simpatía de los gobiernos de Occidente, así como de su propia gente, que anhelaba un cambio.
Una vez al frente de la URSS, Gorbachov se reunió con el entonces presidente Ronald Reagan de EEUU, y fue la primera vez en muchos años que los líderes de los dos países se dieron la mano, en lo que significó el comienzo del fin de la Guerra Fría y el desarme nuclear. El siguiente hombre al frente de la Casa Blanca, George Bush, se referiría al líder soviético como "el arquitecto de la perestroika". En el plano interno, le retiró el monopolio del poder al Partido Comunista, instituyó elecciones siguiendo los pasos de las naciones democráticas y erradicó la censura, junto con una serie de otras prácticas nocivas, incluido el monopolio estatal de las exportaciones.
En 1989, Gorbachov jugó un papel clave en la reunificación alemana y la caída del Muro de Berlín. Al año siguiente, en marzo de 1990, se convirtió en el primer (y único) líder de la URSS elegido democráticamente. En reconocimiento a su papel de liderazgo en el proceso de paz, Gorbachov recibió el Premio Nobel de la Paz por "los cambios radicales en las relaciones Este-Oeste". Pero la política de no violencia y democratización también tuvo otras consecuencias: los rusos todavía culpan a Gorbachov por los consiguientes conflictos internos entre las repúblicas soviéticas, que resultaron en la desintegración final de la URSS.
Un "traidor" para muchos rusos, una eminencia para Occidente
Si bien era muy popular en Occidente, en parte por los tratados de desarme nuclear, en la URSS no consiguió mejorar la calidad de vida del ciudadano de a pie y su empeño por renovar la Unión le granjeó muchos enemigos. Cuatro meses después de un fallido golpe de Estado perpetrado en el verano de 1991, renunció y la URSS se vino abajo. Su popularidad en Occidente persistió, pero en Rusia, los nostálgicos comunistas siempre están dispuestos a acusarle de "traidor". "Era posible preservar la Unión Soviética, naturalmente en una forma revivida y reformada que habría dado derechos amplios a la república", explicó en una entrevista.
Cuando Gorbachov cumplió 90 años, Vladimir Putin lo elogió como un político "sobresaliente" y "uno de los estadistas más destacados de los tiempos modernos, que tuvo un impacto considerable en la historia de nuestra nación y el mundo". "Usted pertenece con razón a una serie de personas brillantes y destacadas, distinguidos estadistas de la era moderna que han influido significativamente en el curso de la historia nacional y mundial", elogió Putin, quien si bien nunca puso en entredicho a Gorbachov, criticó muchas de las políticas de su gobierno que provocaron la debacle soviética.
El legado de Gorbachov se fue desvaneciendo en los últimos años a medida que los lazos del Kremlin y la Casa Blanca retrocedieron a niveles de la Guerra Fría a causa de la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y las disputas por las sanciones, la presunta intromisión política y la geopolítica. El ex líder soviético llegó a advertir contra el regreso a la Guerra Fría e instó a Moscú y Washington a seguir dialogando, independientemente de sus diferencias. "Siempre que existan las armas de destrucción masiva, especialmente las nucleares, el mundo está ante un peligro colosal. Todas las naciones deben destruir todas las armas nucleares. Es necesario para salvarnos a nosotros mismos y a nuestro planeta".
El periódico Moskovsky Komsomolets, favorable al Kremlin, escribió una vez sobre Gorbachov: "Es el primer líder en los mil años de historia del país que renunció voluntariamente a su cargo y se mantuvo vivo y libre". Otro diario gubernamental, la Rossiiskaya Gazeta, sugirió que, en última instancia, la desaparición de la Unión Soviética no fue culpa suya. "Gorbachov llegó demasiado tarde. Fue muy difícil detener la destrucción. Y también llegó demasiado pronto. No estábamos listos entonces para apreciar e implementar lo que él concibió", agregó el periódico. En Occidente, Boris Johnson dijo que él y el pueblo británico admiraban "el valor y la integridad que demostraron al llevar la Guerra Fría a una conclusión pacífica". Angela Merkel, de Alemania, le dijo: "Hoy puedes mirar hacia atrás en el trabajo de tu vida con orgullo".